De los 18 años de cárcel que fija la sentencia para Rosario Porto y Alfonso Basterra, dos ya los han pasado en Teixeiro, en prisión preventiva. Según la legislación tendrán que cumplir tres cuartos de la pena para pedir la condicional de manera que, tratándose de una estimación, podrían pasar entre rejas unos 12 años, cada uno.

Han sido 18 años los establecidos finalmente, son los que pedía el Ministerio fiscal y están en el tramo más alto de las penas por delito de asesinato, si bien la pena máxima es de 20 años. A Mónica Juanatey, la madre de Noia, que vivía en Menorca y asesinó a su hijo (lo ahogó y lo metió en una maleta), se le impuso la pena máxima. Su abogado, Carlos Maceda, recurrió la sentencia porque consideraba que el proceso presentaba "incongruencias" y que no se había tenido en cuenta su trastorno mental en el veredicto.

En el caso de José Bretón, el padre que quemó a sus dos hijos para vengarse de su mujer tras fingir haberlos perdido en el parque, también se le impuso la pena máxima, y como eran dos, la condena sumaba 40 años. Sin embargo, con la aplicación de la legislación cumplirá un máximo de 25 años. "Excepcionalmente el límite será de 25 años cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos y algunos de ellos está castigado con pena de prisión de hasta 20 años", decidieron los tribunales.