"Se van a casa a olvidar esta terrible pesadilla". El SUP, principal sindicato de la Comisaría de Ourense, dio a conocer así la puesta en libertad de los dos compañeros arrestados el martes tras una investigación de Asuntos Internos, con la presunta permisividad a determinados traficantes -confidentes que eliminaban competencia con de chivatazos-, en el punto de mira. El inspector jefe de la brigada de estupefacientes, A. R. F., y uno de los agentes de la misma unidad, F. M. A., fueron puestos en libertad con cargos poco antes de las 21.00, once horas después del inicio de una jornada de interrogatorios.

El juez que llevó el caso bajo secretos, Leonardo Álvarez, los obliga a comparecer cada semana en el juzgado. El instructor explica en el auto que la puesta en libertad se produce porque "si bien existen indicios bastantes de delito sobre sustancias nocivas para la salud, al no haberse solicitado la prisión por ninguna de las partes procede acordar su libertad provisional con la sola obligación apud acta de comparecer ante este juzgado".

La toma de declaraciones exigió una jornada maratoniana en la que han rendido cuentas ante el juez 13 personas: 10 fueron a su casa -varios desde la Comisaría-; y tres a la cárcel de Pereiro de Aguiar.