Los Mossos d' Esquadra descartan que el recién nacido desaparecido el domingo en Barcelona fuese raptado en el Hospital Vall d'Hebron y sospechan que los padres están compinchados. Los agentes se apoyan en que la madre no denunció a su marido, al que había acusado de un supuesto secuestro. Los primeros interrogatorios a testigos del centro sanitario y del entorno del menor confirman esta hipótesis. "Estamos buscando al padre y nuestra prioridad es encontrar al niño porque los médicos dicen que necesita atención médica", expresó un portavoz de la policía catalana.

De momento la búsqueda no ha dado sus frutos y el principal acusado sigue en paradero desconocido. Los Mossos se han coordinado con la policía francesa y otros cuerpos policiales por si el padre del niño cruza la frontera. Mientras, los facultativos alertan de que la situación del bebé es crítica, puesto que necesita un "cuidado específico" al tener bajas las defensas.

Según fuentes de la investigación, el bebé estaba siendo objeto de análisis por parte de los servicios de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia, tras tener constancia de que no se había llevado a cabo un seguimiento médico del embarazo. La falta de control disparó las alarmas ante el riesgo de que la madre no cuidase debidamente al menor. Esto alimenta la sospecha de los Mossos sobre que el reciente nacido "hubiera desaparecido en circunstancias diferentes" a las que relató la madre.