Una operación conjunta de la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra permitió detener a 35 integrantes de una banda de narcotraficantes, de los que 25 ya ingresaron en prisión, y decomisar 83,7 kilos de heroína, 1,1 de cocaína y 360 gramos de marihuana. La operación Enxaneta -el casteller que corona las torres humanas o castells-, es la más importante de la última década contra el tráfico de esta droga realizada conjuntamente por estos cuerpos de seguridad, y la droga decomisada, de gran pureza, hubiera alcanzado los 6 millones de euros en el mercado negro; también se han bloqueado cuentas bancarias y activos que ascienden a un millón de euros.

"Ha golpeado a tres vías de suministro de la droga: la pakistaní y la de Guinea Bissau desde Barcelona y, desde Madrid, la vía turca con ramificaciones búlgaras y rumanas", precisó ayer el responsable de investigación criminal de los Mossos d'Esquadra, Ramón Grasa.

La investigación se inició en abril en El Vendrell (Tarragona), al constatar los Mossos un punto de venta de heroína y cocaína muy activo todo el día, regentado por tres ciudadanos, uno de nacionalidad portuguesa y los otros dos española. Una cuarta persona, con domicilio en Barcelona, estaba en connivencia con otras dos, originarias de Guinea Bissau, que abastecían de heroína a varios traficantes de Cataluña y de Europa. Una vez definida esta organización criminal, los Mossos averiguaron que estaban subordinados a otro hombre, guineano y con domicilio en Madrid, que era su fuente de abastecimiento y a la vez un importante distribuidor de heroína y cocaína en España, Portugal, Francia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Suecia, Finlandia, Suiza y Rumanía.

Una de las principales vías de suministro estaba liderada por paquistaníes afincados en Barcelona. En paralelo, en agosto, una comisión rogatoria activó a la Guardia Civil por la aprehensión de 71,5 kilos de heroína de gran pureza en el puerto de Odessa (Ucrania), procedente de Pakistán pero con destino a un polígono industrial de Cubelles (Barcelona). La droga iba oculta en tablones de madera, se sustituyó por arena y dejaron que prosiguiera su ruta, vía terrestre y de forma controlada, hasta Cubelles.

El seguimiento se saldó con la interceptación de la carga y la detención de cinco hombres y una mujer, de nacionalidades húngara, paquistaní y española. Para concluir esta fase se decidió detener al resto de implicados de manera escalonada y, así, el 14 de septiembre se arrestó a los dos jefes de la organización paquistaní y a la mujer de uno de ellos, de nacionalidad rusa, en Barcelona y Badalona.

El 23 de septiembre se detuvo a un dominicano, en cuyo domicilio se localizó un laboratorio de cocaína y heroína; mientras que el 9 de octubre culminó la desarticulación del grupo con la detención de un español en El Prat de Llobregat (Barcelona). Posteriormente se detuvo a trece personas más en Barcelona, l'Hospitalet de Llobregat y El Vendrell, y se dio por desarticulada la trama de Guinea Bissau.

Los investigadores consideran como cabecilla un ciudadano rumano, prófugo de la justicia española, que dirige grandes movimientos de distribución de droga pese a estar encarcelado en su país.