La Policía Nacional de Cádiz halló en una casa de la ciudad el cadáver de una mujer que, según las primeras hipótesis, habría fallecido a finales de 2010. La mujer, enfermera de profesión, se encontraba de baja y en tratamiento por problemas mentales y no tenía familiares en la ciudad, sólo unos primos que residen fuera.

Los que dieron la voz de alarma fueron los trabajadores de la empresa constructora que realizaban trabajos en la fachada del inmueble que observaron que, por una de las ventanas del segundo piso podía verse el cadáver de una persona sobre la cama del dormitorio. El cadáver, que se encontraba en avanzado estado de descomposición siendo sólo visibles los huesos, se identificó como el de una mujer nacida en Cádiz en 1961 y que habría muerto con 49 años.

El inmueble donde fue hallado el cadáver, situado en una de las calles peatonales más concurridas de la ciudad, estaba desocupado ya que sólo existía en uno de los pisos una vivienda utilizada como oficina.

La policía encontró en la vivienda, que no tenía ni luz ni agua, varias cartas de impagos aunque nadie antes había denunciado la desaparición de esta persona.