La denuncia de una joven ante la Policía Nacional de Vigo este pasado verano ha resultado clave para desarticular una organización rusa dedicada a la explotación sexual de mujeres en clubes de alterne de Granada. La víctima fue captada en su país natal, Rusia, con la falsa promesa de que iba a trabajar de camarera en España. Pero una vez aquí, relató a los agentes, la obligaron a ejercer la prostitución en locales granadinos. Pudo escapar del grupo delictivo y se refugió en la casa de una amiga en Vigo, donde decidió denunciar los hechos. Algo que resultó fundamental en el operativo. Los investigadores del grupo UCRIF de Vigo, los que luchan contra las redes de inmigración ilegal, comprobaron que lo relatado por la mujer había ocurrido en Granada y remitieron las diligencias practicadas a sus compañeros de esta ciudad, que venían detectando un aumento en el número de mujeres llegadas desde Rusia y habían intensificado controles. La denuncia hecha en Vigo les puso definitivamente sobre la pista de que operaba una red delictiva y, tras meses de investigación, siete personas fueron detenidas, entre ellos el cabecilla.