Los Mossos d'Esquadra encontraron ayer el cadáver de un niño de 7 años en un piso en el centro de Girona que, al parecer, llevaba varios días muerto. Según señalan fuentes de Policía Autonómica, los padres del pequeño, de nacionalidad norteamericana y presentes en el inmueble, fueron trasladados a comisaría para prestar declaración.

Fue la propietaria del piso, ubicado en la calle Joan Roca i Pinet, la que dio aviso a las fuerzas de seguridad tras presentarse en la vivienda para cobrar el alquiler. Apuntó que al "detectar cosas extrañas", como no abrirle la puerta y escuchar ruidos en el interior, decidió llamar a la policía. Los padres, aunque "bastante alterados", no opusieron resistencia a la entrada de los agentes.