La Guardia Civil custodia en los calabozos a los dos presuntos implicados en el asesinato de Adolfo Enríquez Méndez, el párroco de Vilanova dos Infantes (Celanova) que murió a golpes durante el asalto a la casa rectoral en marzo de 2015. Tenía 77 años y, según fuentes de la investigación, fue víctima de torturas a manos de sus ladrones. Su cuerpo fue encontrado por familiares. Estaba boca abajo en un pajar contiguo a la vivienda y cerrado con llave.

Dos hombres de nacionalidad croata y con una relación de parentesco -son tío y sobrino- fueron detenidos la noche del jueves como los principales sospechosos del crimen. Se trata de Elvir F., de 37 años y con domicilio en el concello ourensano de Barbadás, y Arsen, de 20 años. Las fuentes señalan que los presuntos asesinos se iban de viaje cuando fueron arrestados, cerca de un aeropuerto. Aún no hay rastro de la imagen del siglo XVIII de la Virxe do Cristal, una talla singular venerada en la zona que el cura custodiaba -la llevaba encima, en un bolsillo por su pequeño tamaño-, y que fue sustraída en el atraco mortal.

Devotio es el nombre de la operación, que sigue en marcha y permanece bajo secreto de sumario por orden de la magistrada del juzgado de Celanova. Ayer continuaban practicándose registros. Es probable que tengan lugar intervenciones en otras provincias. La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Ourense lleva meses con diligencias que se han extendido por varias provincias, en busca de pistas del caso.

Al parecer, al menos uno de los detenidos -los dos según ciertas fuentes- fue visto en la zona la mañana del día del crimen. El cura era un hombre desprendido y recordado por su bonhomía, que recibía a necesitados y daba limosnas. Los presuntos autores habían acudido alguna vez a pedirle dinero. Diez meses después han caído por, presuntamente, robar y asesinar al párroco.

Ahora esperan el paso a disposición judicial, en cuarteles distintos, en Ourense y Xinzo, mientras el Instituto Armado completa las diligencias. Fueron detenidos casi a la vez que un pariente al que la Guardia Civil atribuye casi una veintena de robos en casas de personas mayores del rural de Ourense y Pontevedra.

El crimen de Adolfo Enríquez conmocionó a la comarca de Terras de Celanova. Párroco de San Salvador de Vilanova desde 1969 y rector del Santuario do Cristal, vecinos, allegados y autoridades destacaron su generosidad. Custodiaba la imagen de la virgen, de 5 centímetros, muy venerada más allá del fervor devoto.

La imagen fue glosada por su singularidad por Curros Enríquez y Méndez Ferrín -siguiendo la estela del poeta, el intelectual dedicó un poema en 1982 a la Virxe do Cristal traducido a 18 idiomas-. Adolfo Enríquez "acabó entregando la vida", como reza la placa colocada por el Concello de Celanova en la vivienda rectoral. Dos expertos en Patrimonio Histórico de Madrid colaboraron con la Policía Judicial de Ourense en busca de la imagen. La incógnita permanece.

"Sentimos alegría dentro de la tristeza", afirmaba ayer el portavoz de la familia del cura tras los arrestos. "Nos alegra que esas alimañas vayan a ser puestas a disposición de la justicia y podamos mirarlos a la cara y preguntar por qué. Podemos cerrar una página, empezar el duelo", dijo José Manuel Enríquez, sobrino del cura, que se deshizo en elogios hacia la Guardia Civil, el juez y el fiscal: "Ellos merecen la foto".