El centro de atención de emergencias de Galicia atendió ayer un total de 171 incidencias, entre desbordamientos de ríos, inundaciones de calles, viviendas y bajos y desprendimientos, a lo largo de una jornada marcada por las intensas lluvias, en la que la provincia de Pontevedra fue la más afectada. Las fuertes lluvias provocaron la caída de un muro en Vigo que causó tres heridos y otras dos personas tuvieron que ser evacuadas en la localidad pontevedresa de Ponteareas ante la crecida del río.

En el caso de Vigo, la caída de un muro de tres metros de altura supuso tres heridos y que una persona quedase atrapada en su vehículo y fuese necesaria la intervención de los bomberos para excarcelarla. Dos personas fueron trasladadas al hospital: una mujer de 37 años al Álvaro Cunqueiro y un hombre de 49 al Hospital Fátima. Otros derrumbes, pero con repercusiones solo materiales, se registraron en Bembrive y Candeán, donde dos vehículos fueron alcanzados por el desprendimiento de tierra.

El río Lagares inundó una vez más la zona de Balaídos. Este desbordamiento paralizó el trabajo de las empresas del polígono de O Caramuxo, donde el agua superó el metro de altura. La última vez que ocurrió, hace tan solo un mes, los empresarios sufrieron pérdidas valoradas en dos millones de euros.

El transporte también sufrió las inclemencias meteorológicas. Dos aviones tuvieron que ser desviados a Santiago ante la imposibilidad de aterrizar, tras varios intentos, en Peinador. La circulación de los trenes entre Ourense y Vigo tuvo que ser suspendida a las 17.30 horas por la presencia de ramas y piedras en medio de la vía en un tramo entre Figueiras y Frieira.

Se registraron además algunas inundaciones en bajos particulares y pisos, caídas de árboles en Balaídos, Baixada os Ríos y la carretera del monte Alba, llegando a caer incluso sobre el tendido eléctrico. Además se registró una alerta por peligro de desprendimiento de uralitas en la calle Ramón Nieto y por acumulación de sedimentos en el puente romano de Miraflores.

Por su parte, los bomberos de Ponteareas tuvieron que evacuar ayer por la mañana a dos personas de su vivienda en Moreira utilizando una embarcación zódiac. Al parecer, los evacuados quisieron esperar a ver si bajaba el nivel del río para poder salir de su casa, pero lejos de bajar, el agua fue subiendo, por lo que finalmente requirieron el auxilio de los efectivos ponteareanos. Además también tuvieron que rescatar un perro que se había quedado aislado.

Otra de las localidades más afectadas por las lluvias en el sur de Galicia fue Redondela. El desbordamiento del río Maceiras a su paso por el centro urbano, cubrió de agua varias calles y anegó decenas de locales comerciales, portales y garajes. La situación obligó a cerrar al tráfico dos de las principales arterias de entrada y salida de la localidad, provocando un monumental atasco en las carreteras nacionales que atraviesan la villa, la N-550 y N-552, con retenciones de hasta cuatro kilómetros en las horas puntas.

También en Chapela un talud de tierra y rocas de veinte metros de altura se desprendió junto a la autopista AP-9 en la zona de Río Frío, aunque por fortuna no llegó a afectar a los carriles.

A lo largo de todo el día, en el sur de la comunidad, la incidencia más recurrente fueron los desprendimientos que afectaron a las calzadas, razón por la que una veintena de coches permanecieron parados cierto tiempo en la PO-10, en el enlace con la PO-11, en la ciudad de Pontevedra. Bomberos, Tráfico y el personal de carreteras trabajaron para el restablecimiento de la circulación en la vía, ocupada por tierra, piedras y árboles.

En Ponteareas, el desbordamiento del río Xinzo obligó a cortar la carretera que une la villa con el lugar de Ganade, y la crecida del río Uma anegó la vía en el lugar de Barbáns. También se quedó anegada la parroquia de Moreira.

En Ribadumia, se inundó el club de piragüismo de la localidad por la crecida del río Umia, y en Caldas de Reis, el desbordamiento del río Agra obligó al corte de la carretera que une Portas con el lugar de Arcos de Condesa.

En la provincia de Ourense, el río Támega se desbordó a su paso por las parroquias de Laza y Castrelo de Val, y el Arnoia, en Baños de Molgas. Pese a ello, no se registraron daños personales en ninguno de los casos. Además, un choque en cadena de hasta 40 vehículos en la A-52 de Ourense provocó una veintena de traslados al hospital. Veintisiete personas fueron atendidas en plena carretera, 20 de ellas trasladadas en ambulancia a los centros sanitarios de referencia de Ourense. Al menos dos personas, mujeres jóvenes, resultaron heridas graves por traumas abdominal y facial, respectivamente.