Los abogados de Rosario Porto y Alfonso Basterra alegaron ayer en la vista de apelación contra la sentencia que los declaró culpables de asesinar a su hija, Asunta Basterrasentencia culpables de asesinar a su hija, Asunta Basterra, que el jurado popular basó su veredicto veredicto en "especulaciones". Ambos mantuvieron la tesis de que el autor del crimen de la niña de 12 años el 21 de septiembre de 2013 fue "una tercera persona" e insistieron en la "dificultad" de ejercer la defensa de los procesados debido a que "desde el inicio" se generó la "idea preconcebida" de que planearon matar a su hija. "Primero se buscó la culpabilidad y, luego, los elementos que pudiesen sustentarla", subrayó el letrado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, quien exigió la absolución de su clienta, que fue condenada el pasado mes de noviembre a 18 años de prisión, al igual que su exmarido. En caso de que el alto tribunal gallego no la declare inocente, demanda la nulidad de la sentencia.

"Desde el momento inicial se sospechó de la autoría de los padres, lo que desvió la atención de otras líneas de investigación", sostuvo Aranguren, al tiempo que se preguntó por qué se permitió la incineración del cuerpo de la menor si Porto y Basterra ya eran sospechosos. Además, hizo referencia a las cuerdas localizadas por la Guardia Civil en una papelera del baño del chalé de Montouto que los agentes relacionaron con las halladas en la pista forestal de Teo en la que descubrieron el cuerpo de la niñapista forestal de Teo . "Si fuera una asesina fría y manipuladora ya se hubiera preocupado de esconderlas, no las dejaría en su casa", recalcó el letrado, quien insistió en que Porto es abogada, por lo que es "conocedora de cómo funcionan las investigaciones".

Las defensas manifestaron que los episodios de somnolencia detectados por profesoras de la niña responden a los antihistamínicos que le administraban para calmar la rinitis alérgica que aseguran que padecía. La sentencia, sin embargo, recoge las pruebas periciales del análisis del cabello de la pequeña, que detectaron "compuestos benzodiacepínicos y metabolitos" del al menos tres meses antes de la muerte, lo que llevó al jurado a concluir que los acusados, "de común acuerdo" suministraron repetidamente a su hija, desde al menos tres meses antes de su muerte, un medicamento que contenía lorazepam. Así, argumentaron que la sedaban y que el día 21 de septiembre de 2013 le administraron una elevada cantidad de ansiolíticos, en grado tóxico, para después asfixiarla "entre ambos" en el chalé de Montouto. Aranguren expuso ante los magistrados que una cámara captó a Asunta el día de los hechos saliendo de la casa de su padre después de comer. El jurado popular consideró probado que la sedaron durante ese almuerzo. "Sale lozana y fresca del piso de Alfonso. Es estúpido que la dejasen salir a la calle si le habían dado semejante cantidad de pastillas", aseveró.

El letrado de Rosario Porto señaló que "la mayor aberración jurídica" de la que fue testigo en su carrera como abogado, de más de 35 años, fue la de situar a Alfonso Basterra oculto en el coche camino de Teo. "El jurado partió de dos premisas. Una, que Alfonso necesariamente tuvo que estar en Teo porque Rosario no podía sola trasladar el cuerpo. Y dos, aunque las cámaras de Santiago no lo graban en el vehículo, dice igualmente que iba a en él. En ninguna cámara se puede ver con claridad la presencia de Alfonso en el coche y, aún así, concluyen que como no se puede ver, se incorporó a la comitiva fúnebre", ironizó Aranguren, quien recalcó que no puede entender "cómo la presidencia de la sala aceptó este hecho y lo trasladó a la sentencia".

"Nunca he visto un veredicto tan fundamentado", le replicó, por su parte, el fiscal José Ramón Piñol, quien precisó que "la valoración de la prueba" no es una cuestión que pueda discutir el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia en su fallo. El representante del Ministerio público también descartó la "teoría de la conspiración" que, en su opinión, plantea la defensa de Porto. Aunque el fiscal admitió que no hay "un indicio directo único" contra la condenada, subrayó que hay que apuntar a "pequeños indicios", entre los que citó la "extrañeza" de que los padres de Asunta fuesen captados "por unas cámaras y no por otras". Además, recordó los testimonios de profesores sobre el estado en el que acudió, en alguna ocasión, la menor a clase, en alusión a episodios de sedación anteriores que la sentencia considera probados.

El letrado de la Asociación Clara Campoamor, Ricardo Pérez Lema, incidió en que a la niña se le llegaron a dar "27 pastillas" de lorazepam el día de su muerte. No obstante, la acusación particular rechazó, en base a un informe pericial, que eso le impidiese caminar con normalidad horas después. En su intervención arguyó que las profesoras de la menor relataron "pormenorizadamente todos los episodios de intoxicación de la niña". Así, consideró probado que los padres de "común acuerdo" le suministraron lorazepam para después asesinarla, tal y como defendió el jurado en su veredicto de culpabilidad.