La defensa de Alfonso Basterra, ejercida por la letrada Belén Hospido, puso en duda "las deducciones" del jurado. En la vista de apelación celebrada ayer en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, la letrada mantuvo, tal y como hizo en el juicio, que su cliente se limitaba a comprar el lorazepam para su exesposa. "Él no tenía por qué saber que Rosario Porto no lo tomaba", subrayó Hospido, quien argumentó que, en todo caso, la procesada consumió este medicamento en 2013 "sin receta y sin ir al médico". Además, rechazó, como sostiene el jurado, que exista coincidencia de los mareos de la menor con la compra del lorazepam. "No hay ningún testimonio en el juicio que diga eso", sentenció en la vista, al tiempo que defendió que la somnolencia de la niña es "compatible" con la ingesta de los antihistamínicos que los condenados aseguran que le suministraban a Asunta para tratar la alergia que dicen que padecía.

"El jurado da por probado que Alfonso vuelve de la casa y no sabe cómo ni por dónde, y de Teo no se vuelve tan fácilmente", indicó Hospido, al tiempo que insistió en que el razonamiento del desplazamiento de Basterra al supuesto lugar del crimen es ilógico. "Tenemos un razonamiento que no es el que la lógica nos va a dar de forma natural", y que, a su parecer, se debe a la "contaminación mediática". Así, rechazó la idea de que los padres deban ser culpables por no ofrecer una "versión alternativa".

"Entender la muerte de una hija en las condiciones en que murió Asunta es muy complicado, por no decir imposible", enfatizó. Además, apostilló que la versión que a ella no le parece "creíble ni constatada" es la de que el asesino de la niña de 12 años "hubiese sido el señor Basterra". Hospido incidió en la "incriminación" de los padres adoptivos de la pequeña desde el momento inicial de la instrucción.