Un hombre de 43 años con antecedentes policiales murió en Berlín al estallar una bomba colocada en los bajos del coche que conducía, un ataque que las fuerzas de seguridad vinculan con el crimen organizado, según las primeras investigaciones.

Los hechos ocurrieron poco antes de las 07.00 horas GMT, cuando el vehículo circulaba por el barrio de Charlottenburg, en el oeste de la capital alemana.

La detonación del artefacto explosivo lanzó el coche contra un Porsche aparcado en la zona e hirió de gravedad en las piernas al conductor, que murió desangrado.

El coche quedó parado en el medio de la calzada y la policía estableció un amplio perímetro de seguridad, mientras los artificieros confirmaban que no había más explosivos en el vehículo, y se pedía a los vecinos que no se asomaran a las ventanas ni a los balcones.

A través de su cuenta en Twitter, la policía aseguró poco después que nada indicaba que se tratara de un atentado terrorista. "La hipótesis apunta al crimen organizado", señaló un portavoz policial, mientras que el portavoz de la Fiscalía de Berlín, Martin Stelner, confirmaba que se trataba de "un atentado con un artefacto explosivo adherido a los bajos del vehículo".

La policía destacó que se desconoce todavía si la víctima mortal, investigada desde 2008 por tráfico de drogas, juego ilegal y falsificación de dinero, era el objetivo del atentado.

Según el diario local Berliner Zeitung, se trataba Mesut T., un varón de origen turco con varias condenas, entre otros delitos por tráfico de cocaína.

La comisión de homicidios de la policía se hizo cargo de las investigaciones, centradas en el entorno de la víctima, mientras los agentes seguían recogiendo pruebas en el lugar de los hechos.

La policía, acompañada de los artificieros, se trasladó al domicilio de la víctima, cercano al lugar de los hechos, para buscar posibles "objetos peligrosos", pero concluyó el registro sin encontrarlos.