Un histórico atracador gallego, que fue excarcelado por enfermedad grave antes de haber cumplido los 4 años de prisión a los que fue sentenciado en enero de 2014 por el asalto a una farmacia en Vigo, vuelve al centro penitenciario por un atraco a mano armada realizado durante su tiempo de "gracia". Juan G.V. aceptó ayer en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo una condena de 3 años y 8 meses de prisión tras confesarse autor del robo a la sucursal del Banco Santander en la calle Aragón el pasado 7 de enero.

El atraco a la entidad bancaria tuvo lugar a primeras horas de la mañana. Se colocó un gorro negro a modo de pasamontañas para dificultar su identificación y, pistola en mano, se dirigió a la directora de la sucursal exigiéndole dinero mientras la apuntaba con el arma.

"Déjate de ostias y dame todo el dinero o te vacío en el cargador en el pecho", le exigió el atracador, a la vez que le daba golpecitos con la pistola en la cabeza y en el hombro para que se diese prisa mientras la responsable de la entidad bancaria retiraba de forma manual del dispensador 6.500 euros en tres operaciones. Una vez logrado el botín, el ladrón huyó sin que ninguno de los empleados vieran en que dirección huía.

Agentes de la Policía judicial y antiatracos de la comisaría de Vigo reconocieron al atracador en las grabaciones de seguridad, pues e trata de un histórico delincuente vigués de unos 50 años. Alto, muy delgado y con un aspecto muy característico fue identificado con rapidez. Enseguida su foto estaba en todos los coches patrullas para localizarlo, pues se le considera muy peligroso.

Juan G.V. fue finalmente detenido e ingresó en prisión provisional a la espera de juicio. Ayer acudió escoltado en un furgón de la Guardia Civil a los juzgados de Vigo y tras el acuerdo de conformidad alcanzado por su defensa con la Fiscalía, que incluye una indemnización de 6.500 euros al Banco Santander por el dinero robado, regresó al penal pontevedrés. Su delicado estado de salud no le valió en esta ocasión para eludir su internamiento.

En enero de 2014 el atracador vigués se había sentado en el banquillo de los acusados del mismo Juzgado de lo Penal al que regresó ayer, pero por el asalto a una farmacia en Vigo en agosto del mismo año. Aunque fue condenado a 4 años de cárcel, la ejecución de la pena fue suspendida por la gravedad de su estado de salud. En aquella ocasión acababa de salir de prisión por otro atraco, cubría su rostro con unas gafas de sol y utilizó una pistola de fogueo para intimidar a al dueño de la botica y a una empleada, llevándose casi 1.900 euros. La empleada le reconoció días después cuando pasaba delante de la cristalera de la farmacia y fue detenido.

"No lo hice, soy atracador de bancos y no de farmacias. Quiero meterme en la cama. Hoy no estoy para juicios, si quiere otro día quedamos y le cuento", manifestó al juez nada más acceder a la sala de vistas. Pero el juicio se celebró y los tatuajes en sus brazos y las cámaras de seguridad lo delataron.

Aquel día su defensa ya argumentó los serios problemas de salud que padece su cliente y la drogadicción que arrastra desde hace años. Precisamente, los muchos problemas de salud y la gravedad de los mismos que aconsejaron su excarcelación y la suspensión de ejecución de la condena, le hacen ahora más peligroso, según temen en círculos policiales.

"Juan G.V. no tiene nada ya nada que perder y cada día parece celebrar que pueda ser el último, con los excesos que ello conlleva. Cuando se le acaba el dinero coge un arma y busca más. Puede repetirse un caso como el asesinato de la agente Vanesa Lage a manos del atracador Enrique Lago Fariñas, con un cáncer muy avanzado, en un tiroteo durante un asalto bancario", advierten.