Arantxa Amoedo, la viguesa de 27 años acusada de asesinar a su novio Jordi Burón de una cuchillada en el corazón mientras dormía en el chalé que compartían en Arinaga, Gran Canaria, confesó a la Guardia Civil que lo había matado durante una pelea porque él había intentado forzarla sexualmente.

Así lo manifestaron ayer varios agentes en la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas contra la joven con presunta autora del crimen y contra su amante.

La joven envió varios mensajes a su hermana y después, por teléfono, le comentó que había hecho algo "muy gordo que no tiene solución". Después habló con su padre, quien alertó a la Policía de que su hija le había dicho que había hecho algo "grave". Los padres optaron por no declarar en la vista oral, pero la inspectora que se trasladó al aeropuerto, relató que el padre de Arantxa le comunicó que "se habían cumplido todos los presagios" y que su hija le contó a él y a su hermana lo sucedido.