La Fiscalía ha rebajado de 21 años a 14 años y 2 meses la petición de pena para una persona acusada de matar a su madre con una maza y un cuchillo, en base a la atenuante de toxifrenia, ya que el agresor estaba enganchado a la cocaína.

Inicialmente, la Fiscalía pidió para Manuel Esteban M.F., de 43 años, una pena de 17 años por asesinato y 4 por robo con violencia, que ha rebajado durante la vista oral celebrada hoy a 12 y a 2 años y 2 meses, respectivamente.

Por su parte, la defensa ha solicitado la libre absolución o que, subsidiariamente, se tengan en cuenta las atenuantes planteadas por la Fiscalía, especialmente las derivadas del consumo de droga.

El letrado de la defensa ha argumentado que el acusado se encontraba fuera de sí cuando mató a su madre tras sufrir un "brote de locura".

"No era él", ha apostillado el abogado defensor, quien ha subrayado que el móvil del crimen fue el robo con el objetivo de poder seguir consumiendo droga.

El agresor, que al inicio de su declaración ha estado al borde del llanto, ha reconocido que hacia las 09:15 horas del 23 de febrero de 2013 se dirigió a la vivienda de su madre, Teresa F., de 68 años, con la intención de matarla y robarle para comprar droga.

"Me vino a la cabeza la idea de matar a mi madre para robarle y poder consumir droga", ha confesado ante el tribunal, y ha admitido, a preguntas de la Fiscalía, que no se planteó únicamente robar a su progenitora sin la necesidad de matarla y ha dicho que esa tarde consumió dos gramos de cocaína.

Al llegar a la vivienda de su madre, la golpeó con una maza y seguidamente cogió un cuchillo de grandes dimensiones, con el que la agredió hasta causarle decenas de heridas.

Tras matar a su madre, la tapó con una manta y lo revolvió todo para "simular un robo", y allí mismo siguió consumiendo cocaína antes de abandonar la vivienda, de la que cogió 180 euros de un cajón y las tarjetas de la víctima, aprovechando que conocía el número de identificación personal.

Con ellas logró sacar 600 euros de una cajero de un banco de la calle Mariano Andrés y al día siguiente la misma cantidad en otra entidad ubicada en la calle José María Fernández, dinero que, según ha explicado, destinó a drogas y a servicios de prostitución.

Tras su detención al día siguiente cuando deambulaba descalzo por el alfoz de León, confesó a la Guardia Civil que había matado a su madre y que lo había hecho para robarle.

Explicó que llevaba enganchado a la cocaína desde junio de 2013, que había solicitado nueve microcréditos para financiar su adicción y que al comprobar que ya no podía conseguir más dinero por ese sistema fue cuando decidió matar a su madre.

El acusado permanece ingresado en uno de los módulos terapéuticos de la cárcel de Mansilla de las Mulas (León), donde recibe tratamiento psicológico al que responde "de manera excelente", según ha declarado ante el tribunal unos de los psicólogos que le atiende, que le definió como una persona "muy introvertida, casi hermética, incapaz de transmitir emociones".

Los forenses que han declarado en el juicio entienden que el acusado no sufría "una alteración de la inteligencia cuando cometió los hechos" como prueba que modificara el escenario del crimen.

La víctima vivía sola en su domicilio desde que había quedado viuda en 2011, y además del acusado, tenía otras dos hijas que residen en Galicia.