El jurado popular ha considerado por unanimidad a Marisol Fabiola Raue Ortega culpable de haber asfixiado a su bebé de seis meses en un hotel de Santiago el pasado año, empleando para ello la presión de sus dedos sobre la zona cervical de la niña, al tiempo que declaró probado que lo hizo bajo los efectos de la esquizofrenia paranoide que padece, por lo que no era consciente de sus actos.

En el veredicto, que se leyó ayer tras unas cuatro horas de deliberación, el jurado estableció, como la misma acusada reconoció en el juicio celebrado en la sala compostelana de la Audiencia Provincial de A Coruña, que la mujer fue la causante de la muerte de su hija en una habitación de hotel de Santiago el 31 de agosto de 2015. Todos los jurados vieron probado que subió con su hija a la habitación, la colocó sobre la cama y "presionó con los dedos sobre su zona cervical, hasta provocarle la asfixia y su muerte".

No obstante, el tribunal popular mostró alguna duda con respecto al grado de influencia de la esquizofrenia en este crimen, una cuestión contemplada tanto por la Fiscalía --que pedía internamiento en un psiquiátrico-, como por la defensa -que reclamaba la eximente completa y la absolución-. Aunque el hecho fue dado como probado, votaron a favor seis miembros del jurado, mientras que otros tres rechazaron que las capacidades de Marisol estuviesen mermadas en el momento del asesinato por causa de esta enfermedad y que tuviese "anulada su capacidad de querer y entender lo que hacía". A mayores, en el veredicto se considera que no se le debe conceder a esta madre la suspensión de la pena privativa de libertad ni proponer al Gobierno el indulto.

Una vez oído el dictamen, la fiscal, Aránzazu San José, reiteró que solicita para la mujer un máximo de 25 años de internamiento en un centro psiquiátrico, teniendo en cuenta su patología psiquiátrica. Para ello aludió a la "gravedad de los hechos", que, según el Código Penal vigente, implicarían "prisión permanente revisable" en el caso de que no existiese la eximente de problemas mentales. La Fiscalía incidió también en que la mujer, chilena de nacimiento y alemana de nacionalidad, no tiene "vinculación con España" ni familia en el país, por lo que sería "imposible" mantener y controlar una pena de libertad vigilada, como pide la defensa.

Marisol Fabiola padece "la más grave de las enfermedades", añadió la representante del Ministerio Público, quien sostiene que la acusada debe estar "internada y con seguimiento constante", así como ser objeto de "continuas revisiones" y tomar la medicación de forma "supervisada". La fiscal reivindicó el derecho de la sociedad "a que algo así no se repita", así como el de la ya culpable a estar correctamente atendida.

Por su parte, la defensa volvió a pedir para la mujer libertad vigilada, dado que, aunque "los hechos son graves", sus capacidades "estaban anuladas". La letrada recordó que la mujer lleva "ocho meses en la cárcel de Teixeiro sin atención psiquiátrica, tomando su medicación a diario y sin ningún incidente", por lo que argumentó que, con correcto seguimiento y medicación, "puede hacer su vida cotidiana". La acusado, que admitió que mató a su hija porque había voces que le decían que era "el mal", escuchó sin inmutarse el veredicto.