Los presuntos autores de la muerte del pequeño Imran, el niño de apenas dos años asesinado a golpes en un piso de Vallobín en octubre de 2014 y arrojado en una maleta a las vías del tren, se volvieron a ver ayer las caras en los juzgados. La sección tercera de la Audiencia Provincial los convocó para una vista a puerta cerrada con el objeto de decidir si prorroga la prisión provisional o les concede la libertad a la espera de juicio.

Las defensas de la madre del niño y de su novio coruñés en aquella época (ejercidas por Belén González y Fernando de Barutell) solicitaron la puesta en libertad hasta la celebración del juicio, al haberse cumplido dos años de su ingreso en prisión y al entender que no existe riesgo de fuga. La acusación particular, ejercida por la tía del niño (representada por Pablo Carrera), pidió que se prorrogue la prisión preventiva del padrastro. Mientras, el Ministerio Fiscal solicitó también la prórroga del encarcelamiento, pero para los dos acusados, en prisión desde su detención en León, en noviembre de 2014, después de doce días de fuga.

Los presuntos asesinos de Imran se enfrentan a penas de 33 años y cinco meses de cárcel cada uno. El padrastro, el David F. V. (coruñés de 33 años), en calidad de autor material y la madre, Fadila C. S. (marroquí de 21), como coautora, al no hacer nada para impedir el maltrato continuado y la muerte de su único hijo. Así lo solicita el fiscal del caso, Tomás Álvarez-Buylla, en el escrito de calificación provisional de los hechos, en base a una serie de conclusiones a las que ha llegado. El Ministerio Fiscal considera a los dos acusados del crimen de la maleta responsables de cuatro delitos: maltrato habitual (3 años), lesiones (5 años), asesinato (25 años) y profanación de cadáveres (5 meses). También reclama una indemnización conjunta de 100.000 euros para los abuelos maternos del niño. El fiscal sitúa la muerte del niño durante la última semana de octubre de 2014 en el piso que compartían. Durante la vista los acusados no se comunicaron entre ellos. Cuando la presidenta de la sala les preguntó si tenían algo que comentar, ambos renunciaron a ejercer este derecho.