Agentes de la Policía Nacional han detenido al máximo responsable de un grupo criminal dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Una de las mujeres, captada por el método del lover boy, mantuvo una engañosa relación sentimental con él en 2012 y fue después obligada a prostituirse, víctima de su dependencia sentimental. Durante el tiempo que duró su situación de explotación permaneció maniatada en una habitación sin cama y fue víctima, además, de agresiones y amenazas de muerte, según ha informado el Ministerio del Interior, que encuadra esta operación en la segunda fase del Plan Policial contra la Trata de Seres Humanos.

Tras el operativo, agentes de la Policía Nacional lograron detener al máximo responsable del grupo y días más tarde a otros dos integrantes, siendo en total tres detenidos, todos ellos en La Junquera (Girona). El líder y su hermano eran de nacionalidad rumana y el tercer detenido, pakistaní.

Se han emitido órdenes europeas de detención y entrega sobre otros dos miembros del grupo criminal, y se identificó a otras seis mujeres que podrían haber sido explotadas sexualmente por la misma organización, con las que la Policía y ONG especializadas en la materia trabajan para el completo esclarecimiento de los hechos.

La joven, que se negó a prostituirse, fue víctima de una falsa relación sentimental con el líder de la organización, quien le prometió una vida de lujos y vacaciones en Europa, pero acabó siendo trasladada a la Junquera en coche para ser explotada sexualmente.

Tras dos meses bajo el control de los proxenetas logró huir de sus controladores, siendo víctima dos años más tarde de un intento de secuestro por miembros del entramado. Las amenazas se extendieron hacia dos de sus hermanos menores, de seis y catorce años.

Las investigaciones realizadas a raíz de este hecho permitieron averiguar que el grupo criminal había iniciado sus actividades delictivas en la zona de Levante. En el año 2013 se afincó definitivamente en la Junquera, donde explotaba a varias compatriotas suyas en carreteras y en varios prostíbulos de la zona.

Los grandes beneficios que obtenían eran sacados de España mediante viajes a Rumanía y envíos de dinero, colaborando con ellos de forma activa el tercer detenido, de nacionalidad paquistaní y que tenía un locutorio, según la Policía.