En un caso que está resultando tan complejo como el de Diana Quer, cualquier información de la que tirar puede resultar de gran importancia. La Guardia Civil investigará los testimonios que ha recibido de varias personas que aseguran haber visto a la joven madrileña desaparecida hace ya más de un mes en A Pobra do Caramiñal en dos localidades de la provincia de Lugo. Concretamente, según fuentes de la investigación, una chica que coincide con la descripción de Diana pudo ser vista en un restaurante y una librería de Castroverde y en una casa de comidas de Pedrafita do Cebreiro, al parece hace ya al menos dos semanas. Además, según estos testigos, estaba acompañada de un hombre mayor que ella y de habla inglesa.

Esta información ya se ha trasladado a los agentes que dirigen la investigación desde A Coruña, que la analizará para ver si contribuye a resolver la desaparición. Los dos ayuntamientos en los que aseguran haberla visto, Castroverde y Pedrafita, forman parte del Camino de Santiago. La imagen de Diana es bien conocida no sólo por la difusión de carteles con fotos y sus características físicas, sino también por el enorme interés mediático que ha suscitado esta investigación.

Y en un caso que por el momento acumula más sombras que luces, lo que fue adquiriendo la categoría de certeza parece también empezar a tambalearse. Un informe técnico de la Guardia Civil basado en la información obtenida a través de antenas repetidoras habría dado un giro al caso al evidenciar que Diana Quer, la joven desaparecida el 22 de agosto en A Pobra, no llegó a pasar por su casa la madrugada en la que se le perdió la pista, por lo que no se habría cambiado de ropa. Este presunto giro en las pesquisas del que informaron el programa de Cuatro En el punto de mira y el periódico digital Ok Diario se basaría en que a la chica no le dio tiempo a pasar por su vivienda. Y eso porque desde que envió el último mensaje de WhatsApp desde su localidad de veraneo avisando a un amigo de que un hombre la molestaba hasta que se pierde la señal de su teléfono móvil en la zona de Taragoña, en Rianxo, a casi 20 kilómetros de distancia, sólo pasan 13 minutos y 23 segundos. Esta hipótesis se basaría en que el terminal de la desaparecida se apagó a las 02.51 horas de aquella fatídica noche, y no en torno a las 04.15 horas, como se había apuntado desde el inicio sin ponerlo hasta ahora en duda.

La tesis que se ha manejado hasta ahora es que Diana Quer volvió andando sola a casa, donde se cambió sus ya famosos shorts rosas por un pantalón tejano largo, aparentemente con la intención de abrigarse. En los primeros días se apuntaba a que la última nota de audio que envió fue en torno a las tres y medio de la madrugada, diciendo a una amiga que la quería. Tras dejar su casa, se supone que se subió a un coche, no se sabe si voluntariamente o forzada, y en torno a las 04.15 horas es cuando se pierde su rastro en Rianxo.

Ahora se apunta a que el teléfono se apaga, en la misma zona, a las 02.51 horas. Menos de quince minutos después de que escribiese los whatsApp alertando a un amigo de que se estaba "acojonando" porque un hombre de etnia gitana le decía "morena ven aquí". Según esta hipótesis no le habría dato tiempo a volver a casa ni a cambiarse de ropa. Según esa noche nunca llegó a ponerse los shorts rosas, sino unos muy parecidos blancos, de ahí el equívoco.