En su historial tiene una condena por abusar en 2010 de una adolescente del equipo de fútbol sala femenino al que entrenaba. Y acaba de ingresar en la cárcel acusado de nuevo de abusos sexuales sobre otra niña de 14 años -también jugadora ya que el hombre en la actualidad seguía entrenando a menores- con la que mantenía una relación sentimental pese a que la chica no alcanza aún la edad mínima de consentimiento sexual. Se trata de Jesús G.F., de 38 años y trabajador municipal de Mos, para el que el juez decretó ayer prisión provisional y sin fianza como presunto autor de un delito de abuso sexual y otro de exhibicionismo. En las pesquisas realizadas por la Guardia Civil de Pontevedra resultaron claves unas imágenes en las que se observa al investigado y a la joven aparentemente mantener relaciones sexuales en el coche de él en la vía pública. También fotos y vídeos de naturaleza sexual que se hallaron en los teléfonos móviles de ambos.

Tras ser detenido el jueves, este vecino de Mos pasó ayer a disposición del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo ante cuyo titular se acogió a su derecho a no declarar. Fue la denuncia presentada por el padre de la menor la que derivó en este arresto. En la misma se ponía de manifiesto "una evidente relación sentimental aparentemente consentida" entre el apresado y la joven. Con las pruebas, y dado que la última reforma del Código Penal modificó la edad mínima de consentimiento sexual en España al elevarla de los 13 a los 16 años, los efectivos procedieron al arresto de Jesús G.F.. A raíz de su detención, se practicó un registro en su domicilio en Mos donde se incautó material informático: un ordenador, un disco duro, diez DVD, dos USB y una videoconsola.

El detenido entrenaba en la actualidad al equipo de fútbol femenino cadete ADC Montiño, el mismo que dirigía cuando fue denunciado por abusos por otra menor en 2010. Ayer, en su pase a disposición judicial en los juzgados de Vigo, llevaba un chándal de ese club. Realizaba los entrenamientos en el pabellón deportivo Óscar Pereiro, del que fue conserje, un puesto que ya no ocupa a raíz del anterior caso. Además de esa condena previa también había sido sentenciado por coacciones y amenazas a su expareja, a la que había conocido cuando ella contaba con 14 años.