"Te queremos muchísimo y queremos que vuelvas pronto. Estamos haciendo todo lo posible por encontrarte". Mensajes como éste fueron grabados por varios amigos de Diana Quer, la joven madrileña vista por última vez en A Pobra do Caramiñal mientras veraneaba con su madre y hermana, cuando se cumplen cien días de su desaparición. Los compañeros de la muchacha demostraron en sus mensajes que no han perdido la esperanza de volver a ver, "reír, abrazar y pasar los días" con Diana y lanzan también muestras de apoyo a la familia de la joven. "Saben que pueden contar con nosotros y que les quiero un montón", decía una de las amigas de la joven desaparecida en la grabación.

Aunque la confianza de los joven en la vuelta de Diana se mantiene intacta, lo cierto es que a lo largo de estos cien días desde su desaparición, tanto las hipótesis como las pistas sobre su paradero se han estancado. La recuperación de su teléfono móvil hace ya casi un mes en el viaducto de Taragoña no ha venido más que a confirmar la presencia, voluntaria o no, de la joven en el entorno del puerto de la parroquia de Rianxo. De su contenido poco o nada ha trascendido y se desconoce si ha podido aportar información útil que encamine la investigación. Lo cierto es que su hallazgo tampoco valió para descartar una de las líneas que manejan los agentes desde el pasado 22 de agosto: su marcha voluntaria.

Un caso que, por momentos, pasó a un segundo plano en detrimento de los conflictos familiares de los Quer-López-Pinel. Los padres de Diana se enfrentaron por la custodia de la hija menor de la pareja, Valeria, mientras seguía la búsqueda.