Armando F.D., el vecino de Arbo (Pontevedra) de 39 años detenido esta semana como presunto autor de una oleada de incendios forestales en Arbo entre 2013 y este mismo verano, ya era bien conocido por la Guardia Civil. Hace más de una década, en 2004, este hombre había sido apresado al ser relacionado con otros 46 fuegos en la zona, de los que sin embargo finalmente no llegaría a ser condenado, con la peculiaridad de que en aquella época había trabajado en las brigadas de extinción de incendios.

Y en su historial hay más arrestos, como los que le constan en 2005: en una ocasión por supuestamente intentar tirar a su hija de 2 años desde el puente internacional que une Arbo con Melgaço (Portugal) y pocos días después al ser acusado de prender fuego a la casa de sus suegros. Su entonces esposa, de la que se estaba separando, lo había denunciado por maltrato. De hecho, permaneció siete años en prisión, un largo período en el que apenas hubo incendios forestales en la localidad.

Su última detención fue este miércoles. Unas indagaciones del Equipo de Investigación de Incendios del Seprona de la Guardia Civil de Tui, en coordinación con agentes del puesto de Arbo, derivaron en su arresto al atribuirle 29 fuegos ocurridos en los últimos cuatro años: diez en 2013, otros 3 en 2014, 6 más en el ejercicio siguiente y una decena más este verano, entre ellos uno que calcinó 100 hectáreas el 2 de agosto y otro que asoló más de 2.000 el día 10 de ese mismo mes, convirtiéndose en uno de los más virulentos del verano en Galicia: cercó barrios enteros, obligó a cortar el tráfico ferroviario y las llamas incluso alcanzaron la vecina localidad de As Neves.

El Instituto Armado contó en sus pesquisas con la colaboración de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales de Ponteareas y la del Servicio de Incendios de la Xunta con base en Pontevedra. Lo que se determinó es que en esta casi treintena de fuegos ocurridos de 2013 a 2016 en Arbo se cumplían dos aspectos: todos eran intencionados y se habían provocado siguiendo un mismo patrón, que era que el punto de inicio estaba en las cercanías y pistas próximas al domicilio de este hombre en la parroquia de Mourentán. Otras pruebas indiciarias recabadas sobre el sospechoso fueron las que llevaron finalmente a su arresto y a su pase ayer a disposición del Juzgado de Instrucción 2 de Ponteareas, tras lo que quedó libre con cargos investigado por delito de incendio forestal con la obligación de comparecer cada 15 días en el tribunal. Se le impusieron otras medidas solicitadas por la Fiscalía que suponen la prohibición de poseer objetos (por ejemplo un mechero) que podrían usarse para causar fuegos.

A la espera de cómo avance la causa judicial, la que se le abrió en 2004 por los 46 incendios de entonces acabó sin condena. Apenas días antes de aquel arresto había sido despedido, por otros motivos, del retén de extinción de incendios de Arbo. Según se dijo en aquellas fechas, en otras temporadas había trabajado en brigadas dependientes de la Xunta. Un año después, en 2005, fue enviado a prisión provisional por motivos distintos: por supuestamente prender fuego a la casa de sus suegros -que no estaban en la vivienda-, apenas días después de quedar en libertad provisional tras intentar arrojar a su hija desde un puente.

Tras la detención de esta semana en relación con los incendios, el alcalde de Arbo, Horacio Gil, agradecía ayer la labor de la Guardia Civil. El regidor considera positivo que este tipo de acciones no queden impunes, si bien lamentó que el presunto autor de los fuegos sea un vecino del municipio.