El brutal atropello a un pelotón de ciclistas ocurrido el pasado marzo en la PO-552, la carretera que comunica Baiona y A Guarda, se ha cobrado una segunda víctima mortal. Diego Freiría Fernández, de 51 años, falleció ayer tras permanecer más de nueve meses en coma profundo, desde el siniestro, a raíz de los graves daños cerebrales que presentaba por el traumatismo craneoencefálico que sufrió. Debido al accidente, y ya ese mismo día, también perdió la vida José Antonio Casas Pérez, Ñito. El arrollamiento fue causado por un conductor octogenario que iba al volante de un todoterreno y que está en calidad de investigado, por delitos de homicidio y lesiones todos ellos imprudentes, en la causa abierta por el Juzgado de Instrucción número 3 de Tui.

Diego Freiría era uno de los 14 integrantes del pelotón de deportistas arrollado el 12 de marzo. Casado y con dos hijas, era de Gondomar pero vivía en Nigrán. Pertenecía a la Peña Ciclista Val Miñor Os Mansos. El balance aquella fatal jornada del accidente había sido de un ciclista fallecido y otros diez heridos, siete de los cuales tuvieron que ser hospitalizados. Freiría fue uno de los que ingresó en la UCI debido a las severas lesiones que sufrió y que lo mantuvieron en coma desde un primer momento. Hacía ya meses que había sido trasladado a una clínica especializada en daño cerebral, donde ayer de madrugada falleció. Su cuerpo será trasladado esta tarde al tanatorio de Santa Cristina, en Sabarís (Baiona), y el entierro y funeral serán mañana martes.

La muerte de Freiría causó gran consternación. Luis Testera, uno de los ciclistas que iba en el pelotón, señaló que tanto él como el resto de deportistas del accidente sentían "gran tristeza" por la pérdida de este vecino de Nigrán, lamentando todo el "sufrimiento" y "calvario" que pasó su familia durante el tiempo que estuvo hospitalizado. "Desgraciadamente, su fallecimiento era algo que ya temíamos ya que los daños cerebrales que presentaba eran irreversibles", dijo. Con dolor también se expresó Emilio Plana, amigo y compañero del fallecido en el club ciclista Val Miñor. "Era una persona extraordinaria, de gran bondad; en el club siempre se mostraba dispuesto a trabajar, era uno de los miembros más activos", dijo.