La comercial acusada de estafar a cinco joyerías de varias provincias gallegas aceptó ayer una condena de tres años y medio de cárcel en la vista de conformidad celebrada en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo. Además, la condena aceptada conlleva el pago de una multa de 540 euros y de indemnizaciones. La Fiscalía pedía en su escrito provisional 1,7 millones.

La pena de cárcel aceptada supone una rebaja importante respecto a la solicitada por la Fiscalía, que pedía 10 años por delito continuado de apropiación indebida y de estafa. Según las conclusiones provisionales de la fiscal, estos delitos se cometieron en establecimientos de Vigo, Ourense y Pontevedra, donde la condenada se presentaba como "comercial para la venta a plazos de la joyas a particulares a cambio de una comisión". La mujer comenzó efectuando a los dueños de estos negocios entregas por las alhajas vendidas por lo que los joyeros siguieron suministrándole más. Hasta que llegó un punto en que los afectados sólo recibían una ínfima comisión en comparación con las joyas que concedían a la mujer.