Un brutal suceso sacudió anoche la parroquia redondelano de Chapela (Pontevedra). Una mujer de 50 años, María José M.G. y su expareja de 47, Emilio F.C., fallecieron tras declararse una explosión de gas y posterior incendio en la vivienda de la primera. La planta superior de la casa quedó completamente destruida e incluso la fachada de la misma se vino a bajo.

Los investigadores no descartan que se trate de un nuevo caso de violencia de género ya que la deflagración pudo ser "provocada", tal y como informaron fuentes cercanas al caso. Los bomberos encontraron en el interior del domicilio dos bombonas de butano con la goma manipulada y una garrafa de gasolina.

La mujer, empleada de Pescanova, tenía otra pareja con la que residía de forma habitual en la vivienda calcinada y no se descarta que pudieran ser los celos el móvil del suceso. Según informaron fuentes de la investigación, las discusiones entre los fallecidos eran constantes e incluso llegó a haber amenazas aunque no constan denuncias previas. Según manifestó el actual novio de la fallecida-y confirmaron fuentes policiales- el varón la había amenazado días antes con "volarle la casa".

En un primer momento se sospechaba que en la casa familiar en la que residía la mujer fallecida con su madre y otros parientes, podía encontrarse atrapado por los escombros el hijo menor de ambos, de 8 años de edad. Tras varios minutos de angustia, el niño fue localizado en casa de sus abuelos paternos, en la parroquia de Cabeiro, según confirmó el concejal de Seguridad Ciudadana de Redondela, Arturo González. Ella era madre de otros dos hijos veinteañeros que afortunadamente tampoco se encontraban en la vivienda en el momento de la explosión. Aunque en un primer momento se informó que eran dos menores los fallecidos, minutos más tarde esta información resultaba negada.

Ayuda psicológica

Hasta el lugar del suceso se personaron varias psicólogas para atender a los familiares de las víctimas. Más de una decena de coches de la Policía Nacional, varias dotaciones de bomberos de Vigo, y también del Baixo Miño, Emergencias del 112 y responsables del Concello de Redondela, entre ellos el alcalde redondelano Javier Bas se desplazaron hasta el punto. También acudió el concejal vigués Carlos Font en su condición de responsable del cuerpo de bomberos vigués y el delegado territorial de la Xunta en la ciudad olívica, Ignacio López-Chaves. La Policía Científica, que fue la encargada de identificar a los fallecidos, recabó pistas en el domicilio para esclarecer las circunstancias del suceso, así como en el coche del varón, una furgoneta de color gris, que fue hallada en las inmediaciones de la vivienda, a unos 50 metros de la casa, y acordonada por los agentes.

Los hechos tuvieron lugar en Camiño Pousadouro. A las 20.30 horas de la tarde, cuentan los vecinos del barrio da Igrexa cómo escucharon un fuerte estruendo y fue la hermana de la mujer, quien residía también en la vivienda la primera en llegar al lugar, según reconocieron fuentes de la investigación.

Los cuerpos de los fallecidos fueron hallados carbonizados en el interior de la vivienda. Varias dotaciones de bomberos tuvieron que apuntalar la fachada y vigas de la vivienda ante riesgo de desprendimiento y con el fin de facilitar el levantamiento de los cadáveres por parte de la comisión judicial, actuación que se retrasó más allá de la media noche. Fue el magistrado del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Redondela, en función de guardia, el que realizó el levantamiento de los cuerpos.