La policía detuvo ayer a tiros al conductor de un camión robado que transportaba gas butano y que circulaba en dirección contraria por la vía de circunvalación de Barcelona. Los hechos ocurrieron poco antes de las 10.00 horas, cuando un hombre de 32 años y de nacionalidad sueca robó el vehículo y huyó por una calle de Barcelona, mientras el propietario repartía las bombonas de gas. Según fuentes oficiales, el camión circulaba a gran velocidad en su huida de la policía, y en el trayecto perdió algunas bombonas de butano, lo que causó daños en algunos vehículos que circulaban por la zona y heridas leves a una mujer. Tras darle el alto, los agentes efectuaron varios disparos al vehículo porque temían que se tratase de un acto terrorista. Finalmente, el conductor detuvo su marcha y fue arrestado. El camión recibió varios impactos de bala, aunque ninguno de ellos alcanzó al conductor.

El hombre, que sembró el pánico en Barcelona hasta que pudo ser frenado a tiros, actuó de forma improvisada, sin planificar, en un estado alterado e inestable, tras pasar una noche de fiesta, gastando por todo lo alto importantes sumas de dinero en sexo, drogas y alcohol. El conseller de Interior, Jordi Jané, insistió en descartar el móvil terrorista en el suceso que ayer puso en alerta Barcelona y destacó que el hombre no hizo ninguna proclama, no le constan vínculos ni a él ni a su entorno con organizaciones terroristas y no han hallado nada sospechoso en el hotel en el que se alojó cuando llegó a la capital catalana el pasado lunes. El detenido, que ayer permanecía ingresado en un hospital, donde se recuperaba de su estado de alteración y se le practicaban pruebas para valorar su estado mental, había pasado la noche de fiesta y se gastó, en compañía de algunos compatriotas, mucho dinero en varios locales, donde, según Jané, se sumió en un estado de "euforia continuada". Según fuentes cercanas a la investigación, entre estas "actividades caras" figuran la prostitución y el consumo continuado de drogas y alcohol.