El histórico narcotraficante arousano Laureano Oubiña Piñeiro salió a las 09.00 horas de ayer de la cárcel madrileña de Navalcarnero con rostro serio, casi malhumorado. Abandonó el centro en el asiento de acompañante de un Seat Ibiza que conducía el capellán de prisión y, al ver a los periodistas que le esperaban a la puerta, le pidió que se detuviese para hablar con ellos. Sin bajarse del coche, contestó con un "no" seco y rotundo a la pregunta de si estaba contento por su recién estrenada libertad, y acto seguido hizo unas declaraciones muy críticas con el sistema penitenciario español. Para Oubiña, que a finales de mes cumple 71 años, una cárcel "es un Estado dentro de otro Estado y un gran negocio para quien lo dirige. Ahí dentro hay mucha gente que no tiene abogado y que se está pudriendo, tanto o peor que yo".

El arousano está cumpliendo una condena de 4 años y medio de cárcel por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, cometido a finales de los 90 mediante la adquisición de fincas -una de ellas un enorme solar en primera línea de costa en Sanxenxo- y la construcción de su casona de A Laxe (Vilagarcía). Se licencia de esta pena en septiembre de 2018, pero el 24 de febrero pasado el juez de Vigilancia Penitenciaria le concedió el tercer grado, al tiempo que ordenaba que se le iniciase el expediente de libertad condicional.

Pero la dirección de Navalcarnero se hizo de rogar, supuestamente debido a una discusión que Oubiña habría tenido a principios de febrero con un funcionario de la cárcel a su regreso de un permiso que había disfrutado para hacerse unas pruebas médicas.

El narco arousano ha tenido que esperar más de dos semanas para salir de Navalcarnero para disfrutar de este tercer grado. No trascendieron las condiciones en que deberá cumplir lo que le resta de condena. Se sabe que se presentó ya ayer en el Centro de Inserción Social (CIS) Melchor Rodríguez García, en Alcalá de Henares, al noreste de la comunidad de Madrid. Será ahí donde le den las pautas y horarios a seguir, aunque fuentes consultadas señalan que es probable que solo tenga que acudir a ese centro a dormir de lunes a jueves. Por el día, trabajará como voluntario en la organización no gubernamental San Francisco de Asís, que atiende a personas en riesgo de exclusión social, muchas de ellas inmigrantes o extoxicómanos.

Agradecimientos

Oubiña estrenó su régimen de semilibertad, "gracias al juez (en alusión al magistrado gallego José Luis Castro, de Vigilancia Penitenciaria), al gran abogado que tengo y al cura, porque por esos...", declaró al tiempo que hacía un ademán hacia su espalda en alusión a la dirección de la cárcel que acababa de abandonar.

Según el capo, en las cárceles circula mucho dinero. "Prefiero ser director de una cárcel que de un hotel de seis estrellas en plena Castellana. Eso es un gran negocio", dijo. Con el coche a punto de arrancar de nuevo, el arousano añadió, "ahí hay que mirar a donde va", y sin terminar la frase hizo con los dedos un gesto alusivo al dinero. Sobre sus planes, manifestó que "estar con la familia". Otro proyecto es escribir un libro de memorias. En este sentido, ha prometido que será una autobiografía que "desenmascarará" a muchas personas.

Oubiña está a tratamiento por dos cánceres, y pasó unos 20 años en la cárcel en diferentes etapas desde los 90. Ahora estrena tercer grado, pero la libertad condicional podría no tardar mucho.