El único de los hermanos de Sinaí Giménez que permanecía en libertad, Marino, entró ayer de nuevo en prisión. El juzgado número 3 de Cangas dictó un auto de ingreso en la cárcel ya que no hizo efectiva la fianza de 50.000 euros que se le exigía.

La decisión fue aplaudida por el abogado de los testigos protegidos en el juicio al clan de los Morones. "De esta manera se evita que pueda presionar a su entorno para averiguar la identidad de los testigos protegidos y se garantiza que acuda al juicio", argumentan el letrado.