Denise Pikka Thiem, la peregrina estadounidense que desapareció el 5 de abril de 2015, día en el que envió un correo electrónico a una amiga en el que saludaba "desde Astorga" -en mitad de la ruta Jacobea en la provincia leonesa- falleció como consecuencia de las heridas recibidas en la cabeza por un objeto romo "como un bastón, un palo o una bate de béisbol", según explicaron ayer los peritos en el juicio.

Los técnicos del Instituto Nacional de Toxicología que declararon en la Audiencia de León también arrojaron nuevos datos sobre la muerte de la peregrina. Una de las peritos precisó que a Denise Pikka le seccionaron las manos "de forma traumática con un objeto afilado" y que presentaba un corte en el cuello practicado de izquierda a derecha con un arma blanca muy afilada, sobre la que los técnicos no han podido precisar si se realizó antes o después del fallecimiento de la mujer. Desde el banquillo de los acusados siguió, una jornada más, todos los detalles del juicio, Miguel Ángel Muñoz Blas, de 41 años, que llegó a reconocer que había matado a la peregrina ante la jueza de Astorga (León) que instruyó el caso, pero posteriormente cambió su versión y ahora dice que se lo inventó al sentirse presionado por la Policía cuando fue detenido el 11 de septiembre de 2011 en Grandas de Salime. Muñoz no pareció inmutarse acerca de la información aportada en las periciales. Según precisó una de las peritos, las tres heridas que la mujer tenía en la cabeza fueron causadas por un objeto romo y "dada su categoría eran incompatibles con la vida".

La prueba pericial la abrieron ayer en el juicio los técnicos del Instituto Nacional de Toxicología llamados por la Fiscalía y que se han encargado de elaborar el análisis antropológico de la peregrina. Así, explicaron que los datos obtenidos están condicionados por el mal estado en que se encontraba el cadáver cuando fue recuperado, cinco meses después de su desaparición.

Los técnicos del Instituto Nacional de Toxicología descartaron asimismo que las heridas de la cabeza se produjeran por una caída, y detallaron que, en ese caso, lo lógico sería que presentara también fractura de vértebras y otras lesiones, que no se daban en este caso. Sin embargo, tras su detención, Miguel Ángel Muñoz Blas admitió que había matado a la mujer y aseguró que tras un forcejeo cayó al suelo y se golpeó la cabeza con una piedra, una teoría que fue desmontada ayer por los técnicos del Instituto Nacional de Toxicología.

La perito que presentó el estudio de histopatología precisó que, por los análisis realizados, no hay constancia de que la víctima fuera agredida sexualmente, si bien insistió, como otros expertos, en lo deteriorado que estaba el cuerpo, ya que la peregrina estadounidense Denise Pikka llevaba más de veinte semanas muerta cuando fueron hallados sus restos.

A la sesión de hoy, ya en la recta final de juicio, están citadas las forenses encargadas de la autopsia de la peregrina.