La familia de un vecino de Moaña que falleció este pasado fin de semana vivió indignada el entierro de su ser querido, el sábado, después de que el párroco de Domaio, que iba a oficiar la sepultura, les dejara plantados en el tanatorio de Moaña porque no llegó a un acuerdo económico con la funeraria. El vecino había fallecido en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y Servicios Funerarios Tanamañó, de Redondela, se encargó de la conducción del cadáver, a través de la póliza del seguro.

El problema, según la familia, surgió porque el cura pedía 250 euros y la funeraria daba 200. Al ver que la empresa no subía, el párroco se quitó la casulla y se fue en su coche. El párroco de Moaña sustituyó al de Domaio, que horas después se disculpó.