El matrimonio propietario del restaurante de Caldes de Malavella donde el día 7 se produjo el accidente de un castillo hinchable en el que murió una menor y otros seis resultaron heridos declararon ayer ante los Mossos, que les acusan de homicidio por imprudencia. El abogado de ambos, Carles Monguilod, explicó a la salida de la comisaría que la policía debe titular de ese modo la conducta de sus defendidos, pero considera que el siniestro era "imprevisible". La prueba para Monguilod es que, "tras unos días, nadie se atrevió a decir por qué pasó el accidente", lo que a su entender impedía que se barajase como opción.

La acusación formal es la de un delito de homicidio y seis de lesiones por imprudencia, según han conocido los investigados, que se han presentado a declarar tras hacerlo el marido en calidad de testigo. Los agentes les han preguntado sobre los anclajes del castillo hinchable, que salió volando cuando los niños estaban encima, y, ahora, se está pendiente del informe pericial a la espera de que mañana o el lunes, se entregue el atestado en el juzgado de Santa Coloma de Farners. Monguilod explicó que sus defendidos han insistido en su declaración en que se trataba de la segunda estructura de este tipo que se instalaba en el restaurante y que nunca pensaron en la posibilidad de un accidente.