Un joven matrimonio y sus dos hijos pequeños fallecieron ayer en el incendio del edificio en el que vivían en la zona marginal de La Landa, en el barrio bilbaíno de Zorroza, en el que resultaron heridas otras nueve personas, dos de ellas muy graves. Los cuatro fallecidos eran de etnia gitana, como la mayoría de habitantes de esta zona degradada de Zorroza, donde conviven con numerosos inmigrantes que ocupan edificios de viviendas con una antigüedad media que supera los cien años.

El matrimonio, de 23 años el varón y 20 su esposa, según informó ayer el departamento Vasco de Seguridad, y sus dos hijos, de dos y tres años, vivían con sus abuelos paternos en la buhardilla del edificio, donde se declaró el incendio.

Los dos heridos de mayor gravedad son, precisamente, los padres y abuelos de los fallecidos, que, al cierre de esta edición, se encontraban ingresados en la Unidad de Quemados del Hospital de Cruces, según fuentes familiares.

Según las mismas fuentes, los heridos sufren, además de quemaduras por el fuego, numerosas heridas internas y fracturas al haberse arrojado al vació desde la buhardilla para huir de las llamas.

El hombre fallecido, Joaquín Giménez Pinto, se dedicaba a la venta ambulante, y de su esposa solo han aportado el nombre de Rocío, según fuentes vecinales.

El fuego se inició sobre las seis y media de la mañana en un edificio de dos alturas más buhardilla y estructura de madera, ubicado en la calle Barinaga, 7, en el que en total vivían entre veinte y veinticinco personas. Los vecinos ilesos fueron acogidos por familiares en sus viviendas.

El interior del edificio quedó totalmente destrozado por las llamas, por lo que su situación técnica es de "colapso", según apuntó ayer el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, que siguió los trabajos de extinción del fuego in situ.

Los vecinos explicaron a la prensa que les habían despertado los gritos a las seis y media de la mañana. "Han sido momentos de pánico. Hemos intentado entrar pero era imposible hacer nada. Las llamas no nos dejaban acercarnos", dijeron. Mientras, vieron cómo varios niños, jóvenes y adultos, "saltaban por la ventana". El parte médico confirmó que varios heridos presentaban lesiones por precipitación desde altura.

El fuego quedó sofocado hacia las 8.15 horas, pero hasta las doce de la mañana los bomberos no terminaron de sacar los cuatro cadáveres del interior del edificio, algunos por el hueco en el tejado, ya que el inmueble quedó parcialmente derrumbado por dentro.

El presidente del Gobierno, el lehendakari y todos los partidos vascos expresaron ayer sus condolencias por el suceso.

También el portavoz de la Asociación de vecinos de La Landa, la zona del barrio de Zorroza donde se produjo el fuego, Luis Muñoz, aseguró que los vecinos estaban "en shock". "Hay una consternación total en el barrio", declaró.

Muñoz dijo que la tragedia "se veía venir" y que es "la crónica de una muerte anunciada". "Llevamos cuarenta años denunciando la situación al Ayuntamiento para que pongan una solución. Es una zona degradada, urbanística y socialmente", lamentó.

Según el consistorio, el edificio no estaba declarado en ruina, aunque el Ayuntamiento había iniciado los procesos previos para facilitar su expropiación y posterior derribo para iniciar los trabajos de regeneración urbana de la zona, previstos en el plan de reurbanización de punta Zorroza.

Tres de los nueve heridosfueron dados de alta al evolucionar favorablemente de sus lesiones. El último parte médico emitido por el Servicio Vasco de Salud a las 18:30 horas de ayer señala que los dos heridos de mayor gravedad, los padres y abuelos de los fallecidos, persisten en esta situación, ingresados en la Unidad de Grandes Quemados del hospital de Cruces-Barakaldo.

Según dicho parte, el padre y abuelo de las víctimas mortales del incendio presenta quemaduras en el 30% del cuerpo, con lesiones por precipitación desde altura con pronóstico "muy grave".

Su mujer y madre y abuela de los fallecidos, se encuentra en situación "inestable" con quemaduras en el 60% del cuerpo por lo que su estado también es de "muy grave".

Dos de los cuatro niños que ingresaron fueron dados de alta, al igual que un tercero, trasladado al hospital de Basurto en Bilbao.

Otros dos niños de 10 años, ingresados en Cruces, permanecen en el centro, afectados por inhalación de humo, el primero, y el segundo, con una fractura en un pie de la que será intervenido para reducírsela.

Ambos evolucionan favorablemente de sus afecciones.

En el hospital de Basurto permanece ingresado un joven de 21 años con afectación por inhalación de humo tóxico y lesiones en tobillo, cadera y columna y su pronóstico es de reservado.

En el hospital de San Eloy, en Barakaldo, sigue ingresada una joven de 23 años con pronóstico grave por fractura en vértebra lumbar. También fue intervenida de fracturas que presentaba en sus extremidades inferiores causadas al saltar al vacío para huir de las llamas.