Decenas de personas protagonizaron ayer una sentada en el famoso cruce viario de Oxford Circus, en el centro de Londres, en protesta por la respuesta de las autoridades al incendio ocurrido el miércoles en la torre Grenfell, un edificio de pisos al oeste de la ciudad. Los manifestantes se sentaron en la calzada e interrumpieron el tráfico en la concurrida conjunción entre las calles Oxford y Regent, conocidas por su gran oferta comercial.

Posteriormente se trasladaron a las cercanas instalaciones de la cadena pública BBC, donde continuaron su protesta, indignada pero pacífica. Paralelamente, también entre fuerte vigilancia policial, se desarrolló otra protesta cerca del 10 de Downing Street, residencia y despacho de la primera ministra, Theresa May, y otra más en las inmediaciones de la calcinada torre Grenfell. Previamente, una multitud se manifestó e incluso llegó a irrumpir en el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, encargado del mantenimiento del bloque de 24 pisos de propiedad municipal que se quemó el 14 de junio, en un suceso que deja de momento 30 muertos. Los residentes y vecinos del edificio, muchos de ellos personas con pocos recursos que vivían en pisos de protección oficial, acusan al Ayuntamiento de haber desoído durante años sus advertencias sobre la pobre seguridad del edificio y también lamentan la falta de ayuda a los supervivientes.