"En ese momento no piensas en nada más, solo en resolver la situación. Él tenía la intención de sacar el arma y estaba preparada para disparar. Fue un forcejeo complicado, pudo darse un tiroteo". Sus palabras evidencian la peligrosidad de la actuación pero también la valentía y decisión con la que la afrontaron. Jorge Sánchez y el oficial José María fueron los dos policías nacionales que retuvieron al homicida de Chapela (Vigo), José Luis Luna, después de haber disparado mortalmente al joven Dani Beltrán, cuando intentaba escapar del escenario del crimen, en la madrigada del pasado 24 de junio. Sabían que iba armado, que acababa de terminar con la vida de un joven en la playa de Arealonga y que no dudaría en volver a usar su revólver, pero no se lo pensaron dos veces: enfrentaron al asesino hasta poder reducirlo sin causar más heridos. "Nos habían dado su descripción y ya cuando lo localizamos le apuntamos con nuestras armas y le pedimos que nos enseñara las manos, pero no nos hacía caso. Cuando vimos que metía una mano en la bandolera, que tenía puesta de frente, no lo pensamos: nos abalanzamos y conseguimos reducirlo", rememoraba Jorge Sánchez.

Su actuación no pasó desapercibida para ningún cargo en la Comisaría viguesa y tampoco para la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra. Desde la propia institución se están realizando las gestiones pertinentes para que los dos agentes sean condecorados con la medalla al mérito profesional por su encomiable y ejemplar intervención.

La subdelegada Ana Ortiz y el comisario jefe, Manuel Teijeiro, junto con varios mandos y representantes sindicales de la policía, expresaron su reconocimiento a los agentes que actuaron aún "poniendo en riesgo su vida". "La trágica muerte de Daniel Beltrán ya no tiene marcha atrás, pero gracias a estos policías se ha evitado una tragedia mayores", proclamó Ortiz.

En la misma línea, Manuel Teijeiro proclamó que "todo el equipo de mando" está "orgulloso de tenerlos en plantilla" . Según ha valorado, "el ánimo de servir" se impuso, en su caso, al riesgo y peligro de la intervención. Y es que los propios agentes reconocían que sus compañeros habrían optado por disparar. "Es una situación que en ese momento no valoras, e incluso compañeros nos dijeron cómo no habíamos disparado. Lo importante es que todo salió bien y que no hubo más heridos", expresó el oficial José María. Contaron con la inexorable ayuda de un vecino que siguió a Luna Pereira desde al playa hasta el lugar donde fue detenido.