La investigación arrancaba a finales de 2014 en Lugo. Las pesquisas comenzaron centrándose en un grupo de traficantes en la localidad de Rábade. Pero el hilo del que tiró la Policía Nacional no se detuvo hasta este 2017. Y es que las indagaciones, bautizadas como Operación Deseo, llevaron finalmente a desarticular en distintas fases y durante un período de casi tres años a varios grupos de narcos que actuaban a pequeña y mediana escala. ¿El balance? Durante todo este tiempo fueron detenidas casi 90 personas en las cuatro provincias gallegas, así como en Marbella y Madrid. 31 de estos arrestados ingresaron en prisión por orden judicial. Una de las actuaciones más destacadas fue el desmantelamiento de tres laboratorios, ubicados en viviendas, preparados para el cultivo y la elaboración de marihuana: fueron incautadas 1.643 plantas y cogollos cuyo peso arrojó 94 kilos de este estupefaciente. Además, en otros registros los agentes hallaron 7 kilos de hachís, kilo y medio de cocaína, 350 dosis de heroína, casi 30 gramos de MDMA y sustancia de corte. Y, entre otros efectos, los efectivos se aprehendieron de 250.000 euros.

Tras iniciarse el operativo en Rábade en torno a un grupo de personas que vendían estupefacientes, los agentes supieron que uno de los proveedores del hachís era un ciudadano cubano asentado en Marbella que distribuía la droga en Lugo y Santiago de Compostela. Una operación conjunta en esas ciudades derivó en mayo de 2015 en cinco arrestos (hubo a mayores tres más que no se concretan en el comunicado oficial facilitado ayer) . Las pesquisas apuntaban también a otra banda de narcos que actuaba en este caso en la ciudad de Lugo, por lo que en una nueva fase de la operación, durante varios meses de ese mismo 2015, se hicieron 16 apresamientos más en esa urbe.

Siguiendo con las mismas diligencias, los investigadores identificaron a otras dos posibles bandas proveedoras de cocaína. Una de nuevo afincada en la capital lucense y otra en Pontevedra, por lo que se abrieron dos nuevas líneas de trabajo. Y la de provincia pontevedresa dio sus frutos en 2016, cuando, entre enero y mayo, se produjeron un total de 28 detenciones en Pontevedra ciudad, en la comarca de O Salnés y en Marín, así como en lugares de otras provincias, como en Ourense y en Rois (A Coruña). Fue en esta fase cuando se localizaron las tres viviendas en las cuales había laboratorios para cultivar marihuana que contaban, según informó ayer la Policía Nacional, con sistemas de iluminación y ventilación, así como aparatos de canalización de CO2 y generadores de ozono. En esas intervenciones fue donde se hallaron más de 1.600 plantas de marihuana y cogollos ya envasados.

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De forma simultánea a la intervención en Pontevedra, se seguía actuando en la línea abierta en Lugo y se detectó a un grupo que estaba vendiendo cocaína en Lalín (Pontevedra). En colaboración con la Guardia Civil, la operación sumaba 33 detenidos más. Además de en Lalín, hubo apresamientos en A Estrado, Noia (A Coruña), Lugo y Madrid. Y como fin a este eterno golpe, los dos últimos arrestos se produjeron en mayo ya de este 2017 en la misma provincia donde nacieron las pesquisas, en Lugo. Junto a droga y dinero, entre los efectos incautados hay también vehículos.