La Policía Nacional detiene a diez personas que formaban parte del núcleo duro de un grupo criminal formado por ciudadanos rumanos que surfeaba camiones ayudándose de tres coches de alta gama, uno de ellos con techo solar, con los que robaban la mercancía en plena marcha. Los vehículos asaltados transportaban teléfonos móviles de una marca española y cubrían siempre la misma ruta en Madrid.