El huracán Irma está arrasando a su paso todas las islas caribeñas por las que atraviesa. Con vientos de hasta 250 kilómetros por hora, ya ha dejado al menos 20 muertos. A última hora de ayer (por la tarde en la zona) transitaba entre Cuba y las Bahamas. Al otro lado del estrecho de Florida se temen lo peor: el director de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias de Estados Unidos, Brock Long, ha pronosticado que el ciclón tropical, el más potente desde que existen registros en el Atlántico, "va a devastar" su país. De momento se ha ordenado la evacuación de 650.000 personas en Miami, por donde se prevé que el domingo pase el ojo del huracán.

Hasta 11 de los fallecidos se encontraban en la pequeña isla de San Martín, nueve en la parte francesa y dos en la holandesa. Otros cuatro estaban en Islas Vírgenes británicas, tres en Puerto Rico y los dos restantes murieron en San Bartolomé y Anguila. Cruz Roja cifra en 1,2 millones los afectados y estima que en los próximos días serán 26 millones. Se calcula que en Puerto Rico había 800.000 personas sin luz y 250.000 carecían de agua corriente. Las autoridades francesas cifraron en más de 200 millones de euros los daños producidos en sus dominios en el Caribe y alertaron de saqueos en San Martín, que hasta el momento ha sido la peor parada en número de muertos. "Acabamos de llegar a Memphis, a 1.600 kilómetros de Miami", contaba la tarde ayer el coruñés David Puente. Junto a su novia y dos compañeros de trabajo condujeron un coche para huir de la ciudad del sureste de Florida. Trump ha echado mano de Twitter para advertir de las "proporciones épicas" del fenómeno.