Irma proseguía ayer su imparable avance hacia el territorio continental de Florida (EEUU), donde sus efectos se sentían varias horas antes de su llegada en forma de inundaciones, subida del nivel del mar y poderosos vientos. Al cierre de esta edición se habían registrado tres muertes por accidentes de tráfico a consecuencia de las adversas condiciones climatológicas provocadas por el huracán, que en su avance desde los Cayos hasta la península se degradó a categoría 3 y había dejado ya sin electricidad a más de 2 millones de hogares en el estado.

Antes de llegar a Florida y con categoría 5, el ciclón causó al menos una treintena de muertes y cuantiosos daños materiales a su paso por el Caribe. Tras haber pasado el sábado por Cuba y de tocar tierra ayer en los Cayos de Florida, los vientos de Irma se redujeron a 195 kilómetros por hora, después de alcanzar los 215 kilómetros por hora durante la jornada.

De esta forma Irma pasará junto a la costa suroeste del estado, que podría recibir los "vientos más fuertes en las próximas horas", según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes, emitido a las 14.00 hora local (18.00 GMT).

La situación en el sur de Florida empeoró sustancialmente en las últimas horas, según se apreció en las imágenes de televisión tomadas por los reporteros que han desoído las órdenes de las autoridades del estado de no mantenerse a la intemperie.

Miami, Tampa y Naples, como el resto de ciudades de la zona más meridional del llamado "estado soleado", parecían ayer ciudades abandonadas por sus habitantes a merced de la fuerza de la naturaleza y se encontraban anegadas y cubiertas de vegetación y mobiliario destrozados.

El gobernador de Florida, Rick Scott, pidió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la declaración de desastre en el estado, lo que permitiría la llegada de fondos federales. Por su parte, Trump firmó ayer la declaración de desastre en Puerto Rico y amplió la ayuda federal de la misma declaración el jueves para las Islas Vírgenes estadounidenses, que han sido azotadas con dureza por el huracán.

Otra fuerte tempestad ha ocasionado la muerte de al menos seis personas y la desaparición de dos en el noroeste y centro de Italia, especialmente a las regiones de Liguria y Toscana. La zona más afectada y donde se encontraron inicialmente los cuerpos de cinco personas fallecidas es la de la ciudad portuaria de Livorno y la vecina localidad de Montenero, en la costa toscana, adonde el temporal llegó después de afectar a Liguria, donde había sido declarada la alerta roja. Más tarde se supo del fallecimiento de otra persona que circulaba en un vehículo que sufrió un accidente como consecuencia de la tromba de agua.

En la zona se han constatado inundaciones y desprendimientos como consecuencia de las fuertes lluvias, que desde primera hora de la mañana se han extendido hacia el sur y afectan ya a la región del Lacio y a su capital, Roma.