El presunto descuartizador de Majadahonda ha negado hoy en el juicio haber matado a su tía y su inquilina, de quienes no recuerda nada de ellas, y ha ofrecido un surrealista relato al margen de los hechos basado en su pertenencia a una hermandad secreta junto a importantes líderes mundiales.

La declaración de Bruno H.V., diagnosticado con esquizofrenia paranoide, ha protagonizado la segunda sesión de la vista que se celebra en la Audiencia Provincial por las muertes de su tía en 2010 y su inquilina en 2015, cuyos cadáveres se cree que fueron triturados por una picadora y aún no han aparecido en el vertedero de Pinto, donde la Guardia Civil busca desde hace dos años.

Han sido apenas 35 minutos de un delirante interrogatorio en el que Bruno, para quien la Fiscalía pide 30 años de internamiento, ha respondido a todas las partes aunque sin aportar nada puesto que la práctica totalidad de sus respuestas han sido un "no recuerdo".

No recuerda la relación con su tía, ni cuando la vio por última vez, no sabe quien era su inquilina ("¿Me puede decir quien es Adriana?", ha llegado a decir), ni que creara una empresa para apropiarse del dinero de su tía tras su desaparición ni las notas que escribió al trabajo de la segunda víctima para hacerse pasar por ella una vez muerta. No es que no sepa, es que no recuerda.

Pero su memoria no le ha fallado cuando le han preguntado sobre si mató a su tía Liria y a su inquilina Adriana. "No he matado a nadie, no he hecho nada ilegal, no he cometido ningún delito, lo único que se es que estoy fuertemente medicado y que me interesa la E y la R (una ficticia sociedad secreta a la que dice pertenecer)", ha dicho el acusado.

Sereno, sin perder los nervios, ni gesticular, Bruno ha negado los aspectos más comprometidos contra él, véase las muertes y la compra de la picadora con la que presuntamente troceó los cuerpos, pero al mismo tiempo no reconoce porqué se le está juzgado. "¿De crímenes?, yo con mi abogado nunca he comentado cosas más allá del Gobierno y de la "ER", ha precisado.

De hecho, el acusado ha ofrecido una narración tan inconexa como surrealista de la realidad en la que vive, protagonizada por su pertenencia a dicha hermandad secreta junto a Esperanza Aguirre, Silvio Berlusconi, David Cameron y Teresa May, entre otros. Y ha asegurado que "coopera y colabora con el Ministerio del Interior", nombre que suele dar a la cárcel de Navalcarnero, pero también con varios gobiernos y con la Warner. Todo de película.

El mejor ejemplo de todo este universo alternativo ha ocurrido al final cuando tras afirmar que no pudo entrar en el Ejército "por una alteración psíquica" ha leído una nota que decía "Secretaria General de Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior", sin entender porqué la ha mostrado ante la Sala.

"¿Para que quiere mostrarnos eso?", ha preguntado la fiscal a lo que ha contestado tras un largo silencio -como así ha hecho con todas y cada una de sus respuestas- con un "no lo recuerdo".

Su interrogatorio ha dado paso a las testificales de sus familiares, con su padre a la cabeza, quien nervioso y balbuceante no ha sabido apenas responder con precisión a la mayor parte de las preguntas, aunque si ha dicho que vio a su hermana Liria en 2011, un año después de su supuesta muerte.

De esta forma ha tratado de defender a su hijo, a quien ni ha mirado al entrar en la sala pero de quien ha arrancado unas lágrimas cuando ha destacado que no ha hecho otra cosa en su vida que trabajar para sacar a su familia adelante. Eso sí, se ha amparado en las largas jornadas de trabajo, en que su hermana solía tener el teléfono apagado y en el carácter de ella para justificar porqué no se preocupaba por ella ni denunció jamás su desaparición.

Pero sus hermanos han sostenido que la última vez que vieron a Liria fue en 2009 y que tras desaparecer del mapa, fue Bruno quien les calmaba y les manifestaba que se había ido a vivir a Ávila. Todos creen que su hermana está muerta e incluso se han girado para reprocharle duramente la muerte de Liria y el engaño familiar.

"La ha matado, la ha robado, la ha falsificado la firma, siempre se ha creído más listo que nadie, nos ha engañado bien a toda la familia y no nos ha pedido perdón. Luego dice que esta loco, que diga lo que hizo a mi hermana", ha dicho casi gritando su tía Filomena. Más escueto pero directo ha sido su otro tío Amador: "Que la pague". La vista oral continúa mañana con la declaración de más testigos.