Fue una explosión descomunal, seguida de una segunda más pequeña. De inmediato todo se llenó de humo y llamas. Los vecinos de los pisos situados encima de una panadería de Barcelona tuvieron el peor de los despertares ayer por la mañana, después de que una fuga de gas procedente del horno -según creen los investigadores- reventase el establecimiento. Han resultado heridas un total de 21 personas, la mayoría de ellas de carácter leve, aunque una está en estado crítico -presumiblemente uno de los empleados de la panadería- y otras ocho están estado menos grave. La mayoría, intoxicados por el denso humo.

El incidente se produjo en torno a las siete de la mañana en una panadería situada en la esquina de las calles Ausiàs March y Marina de la capital catalana. La explosión, que destruyó completamente el obrador, causó una gran columna de humo, visible desde diversas zonas de la ciudad, que obligó a los servicios de emergencia a confinar a los vecinos del bloque.

Doce coches de bomberos

El incendio fue apagado rápidamente y luego se procedió a ventilar la zona. La explosión también provocó daños en el local anexo a la panadería y obligó a movilizar a doce dotaciones de los servicios de emergencia. La especial sensibilidad que hay en Barcelona a raíz de los atentados del pasado mes de agosto hizo pensar inicialmente que se trataba de un ataque terrorista, aunque rápidamente se descartó esa posibilidad.

Algunos de los heridos tuvieron que recibir oxígeno, a consecuencia del denso humo, y otros precisaron de mantas térmicas. "Escuchamos una explosión muy fuerte y tembló todo el edificio", describió una de las vecinas del inmueble afectado. Otra relató cómo se había despertado a consecuencia de la fuerte explosión. Luego ya sólo vio llamas y humo. Sin pensarlo, fue a buscar a su hijo pequeño y ambos salieron del inmueble, justo cuando llegaban los bomberos, que apagaron rápidamente las llamas. Algunos vecinos indicaron que se les había hecho eterna la espera de los medios de emergencias.