Las redes sociales permitieron transmitir desde el minuto uno la magnitud de la tragedia, con imágenes en vídeo de brutales explosiones de gas, derrumbes de edificios como castillos de naipes o rescates como el de los niños supervivientes del colegio en el que murieron 32 de sus compañeros y profesores. Muchos vídeos recogen el momento mismo del terremoto, con viviendas y oficinas zarandeadas de forma brutal, decenas de personas huyendo de sus casas dominadas por el pánico y las grandes humaredas dejadas por los derrumbes.