El guardia civil acusado de homicidio imprudente por la muerte de Javier Fernández, el batería del grupo Los Piratas, explicó esta mañana en el juicio que no le quedó "otro remedio que usar mi arma para tratar de reducir" al fallecido, dado que "estaba fuera de sí" y atacaba con un cuchillo y un tenedor a zonas vitales de un compañero suyo.

Afirmó que de no haber utilizado el arma y efectuar un disparo hacia la víctima, ahora "mi compañero no estaría aquí". "No tenía otra posibilidad", dijo, "apunté a la pierna para intentar reducirlo pero se movía mucho, estaba fuera de sí, loco y el disparo dio donde dio", en el abdomen, causándole posteriormente la muerte.