El robo de 200 kilos de cocaína en dependencias policiales lusas de un alijo de 1.900 interceptado en el pesquero Onda Nazarena en las costas de Portugal en agosto de 2015, no solo ha llevado a prisión a 12 policías portugueses sino que desinfla en los juzgados la importante operación hispano-lusa que permitió intervenir la droga y se saldó con la detención de cinco tripulantes a bordo y de otras diez personas en Galicia, Asturias y Madrid, entre los que figuraban los cabecillas gallegos y un importante colombiano.

Penas mínimas y todos a casa ante la posibilidad de un delito inducido. Esa fue la propuesta de los tribunales lusos que aceptaron los cinco tripulantes juzgados en Portugal, uno de ellos un conocido lanchero cambadés, a quienes se suspendió la condena (casi 5 años); y es también la propuesta de la Fiscalía Antidroga para la decena de procesados que desde el pasado lunes se sientan en el banquillo de la Audiencia Nacional en Madrid. El fiscal rebaja a 2,5 años de prisión las penas para quienes solicitaba inicialmente 12 años.

En principio han aceptado el acuerdo todos excepto el gallego Carmelo Lois Magdalena, quien proclama su inocencia y asegura no tener nada que ver con la trama. Condenado a 15 años en 1996 por otro gran alijo marítimo y detenido en mayo de 2009 con el entonces fugado Ramón Bugallo, Mon, tras una persecución policial en Puebla de Sanabria, el fiscal considera que se dirigía a una reunión con los colombianos cuando fue detenido. Precisamente en Madrid fue arrestado otro el colombiano Héctor Manuel Torres Silva, considerado representante de uno de los cárteles más activos. El hecho de que la DEA reclamara los 200 kilos de cocaína que faltaban, llevó a dos inspectores de la Policía lusa a declarar en el juicio celebrado en su país que la droga fue prestada por los americanos de un alijo adquirido en otra operación encubierta en Sudamérica; que la coca llegó en un avión comercial de la TAP y permaneció en poder de las autoridades lusas cinco días. Después la cargaron en un velero, tripulado por cinco policías encubiertos, tanto lusos como españoles. Tras trasvasar en un punto concreto el alijo al Onda Nazarena, el velero regresó al puerto de Nazaré y el pesquero fue interceptado y sus tripulantes detenidos.