La Audiencia Provincial de Pontevedra ya tiene todo preparado para comenzar el lunes el juicio contra el sexagenario Alberto V.G., el vecino de Vigo que supuestamente mató a su esposa de 71 años arrojándola desde la ventana de su domicilio, un crimen machista ocurrido en 2015 en el barrio de O Calvario.

La vista arrancará con la selección del tribunal popular que se encargará de juzgar este caso y en la que, tras el interrogatorio al acusado, comparecerán más de 40 testigos y peritos. Los testimonios de todos ellos se escucharán a lo largo de cuatro jornadas maratonianas desde el lunes y hasta el jueves -el juicio se celebrará en sesiones de mañana y tarde-, tras las cuales la Fiscalía y los abogados de acusación particular y defensa expondrán sus informes definitivos antes de que el jurado se retire a deliberar.

La Fiscalía, pese a apreciar un delito de homicidio, pide la libre absolución del acusado al estimar que concurre la eximente completa de enajenación mental: su solicitud es que ingrese en un psiquiátrico penitenciario por un máximo de 15 años. El Ministerio público considera que el hombre, desde meses antes del crimen, estaba afectado por una "ideación delirante" de tipo persecutorio centrada en su mujer, sobre la que estaba convencido de que lo estaba "envenenando" para acabar con él y quedarse con su dinero. Una alteración que, estima, "anuló sus facultades congestivas y vomitivas a la hora de matarla".

La abogada de la familia de la fallecida -la víctima, María Jesús Rodrigues Fernandes, era natural de Portugal- no comparte el criterio del fiscal. La acusación particular califica lo sucedido de delito de asesinato y solicita la mayor pena que prevé el Código Penal: la prisión permanente revisable. A juicio de esta parte, Alberto V.G., que permanece en prisión provisional, actuó con alevosía y ensañamiento. ¿Y el acusado? Aunque en su primera comparecencia ante la juez instructora se acogió a su derecho a no declarar, el mismo día de los hechos se defendió alegando que fue la víctima la que se tiró al vacío y en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro, donde tras el crimen estuvo internado tres semanas debido a un episodio psicótico, insistió en la idea de que su mujer lo estaba "envenenando".

Los miembros del jurado escucharán las declaraciones de otras 43 personas, entre testigos y peritos. Comparecerán el hijo de la víctima, trabajadores de los servicios sociales que la atendieron días antes del homicidio -la mujer había decidido separarse de su marido-, vecinos, un familiar del acusado...

La autopsia reveló que la víctima presentaba heridas contusas en cuello y mandíbula, marcas de uñas en la cara y signos de una acción de sofocación o de que la agarraron por el cuello, así como señales de que habría habido un forcejeo antes de la caída. "Me tiró mi marido", llegó a decir la mujer a un agente antes de morir.