La Guardia Civil atribuye un delito penal por imprudencia grave con resultado de lesiones al vecino de Covelo (Pontevedra), de unos 40 años, propietario de los dos perros, que en la noche del sábado atacaron y causaron heridas de gravedad a la vecina María Dolores Álvarez, de 82 años de edad. Las diligencias fueron entregadas ayer en el Juzgado de Instrucción número 2 de Ponteareas, que llevará el caso y tomará declaración al propietario de los animales.

Además se han sido abiertas diligencias administrativas en relación a la falta de documentación de los perros, que no estaban anotados en el Registro de Animales Potencialmente Peligrosos del Ayuntamiento de Covelo, carecían de identificación y no tenían microchip ni cartilla sanitaria, según confirmaron ayer la Guardia Civil y el alcalde del Concello de Covelo, Pablo Castillo.

La vecina atacada, que desde la noche del sábado permanece ingresada hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, evoluciona favorablemente si bien su situación sigue siendo muy grave. Sus familiares pudieron estar con ella unos momentos en la tarde de ayer y se acordaba perfectamente de los hechos. Los familiares esperan que no surjan complicaciones y que la octogenaria se recupere. El domingo los facultativos tuvieron que amputarle las dos piernas por debajo de las rodillas y recomponer uno de sus brazos y el cuero cabelludo como consecuencia del feroz ataque.

Los dos animales que protagonizaron el ataque son un dogo de Burdeos adulto y un cruce de las razas dogo de Burdeos y Bóxer, de nueve meses. Aún después de conocer los hechos, en la propia noche, el dueño aseguró que "los perros son muy buenos".

Los dos animales han sido depositados en el Centro de Acogida y Protección de Animales (CAAN), dependiente de la Diputación Provincial de Pontevedra. La propia institución indicó ayer que una vez confirmado que se tratará el caso por vía penal, será la juez la que decrete el destino de los animales, si bien lo más probable es que el dueño pierda los derechos de propiedad sobre ellos, como primera medida.

Los perros que participaron en el suceso fueron retirados por trabajadores del Centro de Acogida y Protección de Animales de su domicilio en la madrugada de ayer, respondiendo al requerimiento realizado por la Guardia Civil. El propietario de los canes colaboró en la entrega de los animales, facilitando su retirada y manejo.

Según el centro de acogida, habida cuenta los acontecimientos, y aunque los perros no mantuvieron una conducta agresiva o desafiante, se tomaron fuertes medidas preventivas para garantizar la seguridad de los trabajadores, propietarios y de los propios perros, tanto en la carga como descarga, trasladándose un veterinario al lugar de la recogida para la sedación de los mismos.

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