Un nuevo informe elaborado por el catedrático de Medicina Legal Luis Frontela sostiene que la niña Lucía Vivar, hallada muerta junto a las vías del tren entre Álora y Pizarra (Málaga) el 27 de julio, después de permanecer toda una noche desaparecida tras alejarse de sus padres, pudo morir una hora antes de que fuese arrollada por el tren. La niña presenta dos golpes en la cabeza, uno provocado por el tren y el otro, el que le habría causado la muerte, por un objeto romo. Además, se investiga el hallazgo de un bote de cloroformo en las cercanías de la estación, lo que ha despertado la sospecha de que pudo utilizarse con la niña, que no presenta indicios de agresión sexual.