No existió negligencia. El Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra ha absuelto a R.L.A., el guardia civil que se sentó en el banquillo por la muerte de un disparo de Javier Fernández, el exbatería del grupo Los Piratas. Los hechos fueron el 26 de agosto de 2015. Según se recoge como probado en la sentencia del magistrado Miguel Aramburu García-Pintos, el guardia civil y un compañero de patrulla acudieron aquel mediodía al domicilio, ubicado en la parroquia de Guláns de Ponteareas, "para atender, según fueron informados, un caso de violencia de género". Al llegar se encontraron con una ambulancia del 061 y en ese momento también llegó la mujer del exbatería, "quien les dijo que su marido la agrediera y que continuaba agresivo". En ese momento llegó un amigo de la familia, que traía desde la casa el bebé de la pareja.

Ante esta situación, los dos guardias civiles, el médico del 061, el enfermero y el conductor de la ambulancia subieron a la casa y, al llegar al soportal, empezaron a hablar con Javier Fernández, "mientras éste estaba cada vez más agresivo, a pesar de que tanto el personal sanitario como los agentes intentaron calmarlo y convencerlo para ser asistido". Frente a ello, el exbatería, relata el fallo, les dijo frases como "os voy a matar, os voy a hacer pedacitos".

¿Qué ocurrió a continuación? Según refiere el juez, mientras el médico y el técnico sanitario decidieron ir al vehículo a buscar medicación para sedarlo, el músico entró en la cocina y cogió en un cajón "varios tenedores y un cuchillo de mesa". Así, regresó de repente al corredor y se abalanzó sobre uno de los agentes. "Comenzó a agredirlo con el cuchillo y los tenedores, a la altura de la nariz y en la zona pectoral cerca de los hombros". El otro guardia civil, el que fue acusado, actuó en ese momento. "Consciente de la situación de riesgo de su compañero, a quien no podía auxiliar, ya que él estaba situado en el exterior de la vivienda, y dado que no tenía otro medio para evitar la agresión y el riesgo que representaba para la vida de su compañero, sacó su pistola y rápidamente, cuando consideró que podía hacer un disparo con la finalidad de herir a Javier Fernández, le disparó para impedir que continuase agrediendo a su compañero", afirma. El juez señala que el tiro fue dirigido a la pierna del músico y que sólo tenía la intención de herirlo y que el fin de su acción era "proteger la vida de su compañero". Sin embargo, la bala entró por la parte alta del abdomen y acabó desgarrando una pared de la vena cava inferior, lo que provocó la muerte del músico. El juez señala que todas las declaraciones, salvo una, coinciden en que el exbatería estaba muy agresivo, que atacó a un agente y que el guardia acusado disparó por este motivo.