"Difícilmente ninguna policía del mundo hubiera hecho más que la Guardia Civil en este caso", manifestó ayer el coronel de la UCO Manuel Sánchez Corbí. Señaló que lo más difícil de la investigación era que no había un móvil claro de la desaparición, ni se había conseguido localizar el cadáver, ni había testigos. Precisamente la recuperación del cuerpo de Diana era prioritario para los investigadores, una vez que Abuín confesó ser autor de su muerte, y su forma de tratar de evitar más sufrimientos a la familia de Quer.

"Hemos tenido siempre los recursos que han hecho falta. No nos faltaron recursos materiales, ni humanos y tampoco ganas. Sabíamos que había sido El Chicle, pero sin el cuerpo... La única duda fue en noviembre si le deteníamos. Pero si la familia le mantiene la cobertura y el cuerpo no aparece... La decisión de noviembre era muy difícil, sabíamos que podía reincidir, pero se sabía vigilado, y nosotros hemos provocado que se viera seguido, para evitar que repitiera los hechos pero lo hizo", explicaron los mandos de la investigación.

La Guardia Civil tiene claro dónde cogió El Chicle a Diana, el trayecto que realizaron en el Alfa Romeo, pero no dónde la mató. "No sabemos dónde se produce la muerte, ni cómo la mató pero sí el trayecto que realizan cuando va al pozo", admite Corbí. La autopsia, está convencido, aclarará todo. "Los cuerpos hablan", insiste.