Tras año y medio de angustia e incertidumbre, los padres de Diana Quer pudieron darle su último adiós en un íntimo funeral en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Más de 500 días tuvieron que pasar para que su familia volviera a reunirse con su "ángel especial" en una jornada donde las muestras de cariño y condolencias traspasaron los límites de la capital. Los primeros en pronunciarse fueron los propios progenitores de la joven, quienes dentro de su dolor pudieron sacar un resquicio de agradecimiento para todos aquellos que colaboraron en su búsqueda. "En el día que con tanto dolor despedimos a Diana queremos mostrar nuestra agradecimiento a los agentes que han trabajado sin descanso en su búsqueda. A todos los ciudadanos que intentaron contribuir con su ayuda a la localización de nuestra hija, especialmente en Galicia[...]. Gracias por las miles de muestras de afecto", transmitían Diana López-Pinel y Juan Carlos Quer en un comunicado. En sus palabras tampoco olvidan el sufrimiento de otras familias que como ellos sufrieron la desaparición de un ser querido. "Sentimos su dolor y deseamos de corazón que puedan reencontrarse pronto con ellos", relataba la nota.

Familia, amigos y compañeros de instituto de Diana se dieron cita en el tanatorio de Tres Cantos, donde un collage con fotografías de la joven presidía el velatorio. "Están todos muy mal, destrozados. Es una situación muy atípica, los padres han estado con una incertidumbre tremenda. La niña descansa por fin, y ahora tienen que partir de cero. Han sido muchos meses y muy difícil. Era una niña muy buena, un ángel, especial, tímida, muy unida a la familia", contó una familiar.