"Mi nombre es Rocío Viéitez Ferro y soy la madre de las víctimas. Como persona de nacionalidad española, sin afiliación política concreta, me siento representada por cada una de las personas presentes en ese Congreso de Diputados. Y en este asunto en cuestión muestro mi total rechazo por la decisión de algunos de solicitar la derogación de esa pena". Quien se expresa así es la progenitora de Amaya y Candela, las dos niñas brutalmente asesinadas por su padre David Oubel en julio de 2015 en Moraña (Pontevedra). Estas palabras forman parte del texto de la petición que esta mujer abrió el pasado verano en la plataforma Change.org de internet para que no se derogue la prisión permanente revisable. Una pena, la máxima que contempla el Código Penal, que desde su aprobación en 2015 solo se aplicó una vez en España. Precisamente a Oubel, su exmarido, el parricida de Moraña.

El caso de Diana ha vuelto a poner de actualidad la prisión permanente. Si se prueba que la joven fue víctima de un ataque sexual, José Enrique Abuín Gey, El Chicle, podría enfrentarse a este castigo. Su caso encajaría en las circunstancias legales que se contemplan para aplicar esta pena. La petición que Rocío Viéitez colgó en internet para que no se elimine ha sumado miles de firmas en los últimos días. A día de hoy ya son más de 348.000 las personas que apoyan esta iniciativa. La cifra no para de crecer. Y junto a ciudadanos anónimos, no son pocos los familiares de víctimas que respaldan expresamente esta campaña. Entre ellos la propia madre de Diana y su hermana Valeria, lo que propició que se disparasen los apoyos en Change.org.

Entre quienes han firmado la petición está Rosa Fernández-Cervera, hermana de Deborah, la joven hallada muerta en O Rosal en 2002 diez días después de su desaparición cuando hacía footing por Samil. Respalda también la campaña para que la prisión permanente se mantenga Antonio del Castillo, padre de Marta del Castillo, desaparecida y asesinada en 2009 en Sevilla y cuyo cadáver nunca apareció. Otro defensor de la pena más alta del Código Penal es Juan José Cortés, padre de Mari Luz, que con solo 5 años fue víctima de un crimen en Huelva. El pederasta que la mató fue condenado a 22 años de cárcel. Cuando se dictó la sentencia, la prisión permanente aún no se aplicaba en España.